Derecho a la Salud y Educación. Cómo ha evolucionado la educación y el acceso a la misma

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El Derecho a la Salud y Educación están estrechamente ligados. Para llevar una vida plena y saludable las personas necesitamos conocer nuestro entorno y aprender a desenvolvernos y prevenir enfermedades. Además, la educación es una herramienta para detener el ciclo de la pobreza en países de renta media y baja.

Según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo publicado por UNESCO en 2020 y realizado en 209 países y territorios, a día de hoy unos 258 millones de niñas y niños quedaron fuera del sistema educativo, especialmente en aquellos contextos donde la pobreza es el principal obstáculo para su acceso.

A pesar de los esfuerzos marcados por la Agenda 2030 en su ODS 4 por conseguir una accesibilidad mayor y fomentar la justicia social, millones de menores no alcanzan a terminar la enseñanza secundaria, sobre todo en países de África subsahariana.

Esto hace que las niñas, niños y jóvenes sin escolarizar o con una educación básica sean más propensos a contraer enfermedades infecciosas, sufran violencia y abusos, caigan en el matrimonio infantil y perpetúen el ciclo de pobreza en el que viven.

Si bien el informe de UNESCO recoge una multiplicidad de datos que conforman la radiografía general de la educación en el mundo, casi la mitad de los países de ingresos bajos y medios no recopilan suficientes datos sobre aspectos como la educación especial, o indicadores de género o discapacidad.

Salud y Educación: ¿una cuestión de género?

Como en muchos otros aspectos socio-económicos donde no existen mecanismos que garanticen la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las niñas no está garantizado a nivel global. De hecho, se calcula que unos 335 millones de niñas acuden a centros escolares que carecen de servicios básicos de agua, saneamiento e higiene necesarios para, entre otras cosas, garantizar que las niñas y jóvenes continúan escolarizadas tras su primera menstruación. Dos países de África además prohíben la escolarización de menores embarazadas, y 117 territorios permiten los matrimonios infantiles.

Más educación para mejorar la salud

La educación es clave para el desarrollo, entre otros aspectos para desarrollar competencias, valores y actitudes para que las personas gocemos de una vida saludable en base a decisiones conscientes sobre nuestro bienestar. Un alto nivel de educación repercute en una mejor salud. Un dato: las madres que tienen un nivel educativo más alto en países de rentas medias y bajas son más propensas a vacunar y alimentar mejor a sus hijas e hijos, y evitan contraer enfermedades infecciosas como el VIH.

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Mikel Edeso
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