Salud y emprendimiento femenino se dan la mano gracias a la fabricación de jabones

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El proyecto de fabricación de jabones por parte de mujeres en Ghana y Benín permite aunar el cuidado de la salud mediante la higiene y la reivindicación de la mujer como trabajadora de pleno derecho.

Emprendimiento femenino y el Derecho a la Salud

El emprendimiento femenino a debate. Por costumbre cultural en muchas zonas de África subsahariana las mujeres deben encargarse de las tareas del hogar. Además, también han de responsabilizarse de criar a sus hijos e hijas y de abastecer de agua a su casa. Con su esfuerzo, tan poco reconocido, son quienes vertebran a sus comunidades y las mantienen en funcionamiento.

Desde esa premisa nació un proyecto que pusimos en marcha hace años en colaboración con la ONG Care Net Ghana. A día de hoy podemos decir que la fabricación de jabones artesanales por parte de mujeres se ha asentado con gran éxito. Porque no hay mejor vehículo que ellas para que estas mismas comunidades adquieran hábitos higiénicos saludables. Además, reciben formación y pueden obtener ingresos.

Jabones artesanales por el Derecho a la Salud

Poniendo a su alcance el jabón para que puedan realizar un gesto tan común como lavarse las manos, estamos incidiendo sobre la higiene personal y evitando la proliferación de infecciones y contagios de ETD que se asocian a la falta de higiene.

Como reconoce el responsable de Care Net Ghana, Patrick Ahumah, la iniciativa “tiene un enorme impacto sobre las mujeres”. La idea con la que trabaja Anesvad es que puedan ser las gestoras de su tiempo y de los ingresos que reciben por su trabajo.

Ahumah también nos cuenta que para ponerlo en marcha hubo que romper con algunos tabúes ya que la ghanesa es una sociedad en la que el peso de las decisiones sigue recayendo casi en exclusiva en los hombres. «Para iniciarlo tuvimos que contar con la aprobación de los maridos con el fin de evitar situaciones conflictivas”. Como el proyecto se desarrolla en zonas rurales de Ghana, en las que pervive una eminente jerarquía tribal, Ahumah incide en que “fue fundamental contar con el visto bueno de quienes lideran las comunidades, que nos han mostrado su satisfacción y lo han apoyado, incluso donando terrenos donde poder instalar el equipo necesario para la fabricación de los jabones”.

Las mujeres se han volcado en el proyecto, del que son sus responsables en exclusiva, “pero no sólo en la producción de los jabones, sino también en los procesos de marketing y distribución necesarios para poner el producto a la venta”, asegura Ahumah.

En total son más de 300 mujeres fabricando y comercializando jabones artesanales para los hogares, los centros de salud y las escuelas de sus comunidades. 300 mujeres que han salido de sus casas y las rutinas que se les habían impuesto, que han roto con la discriminación que sufrían. Una iniciativa que además de permitir a las mujeres obtener ingresos, las empodera y refuerza en la promoción del Derecho a la Salud, el emprendimiento y la participación social. Algo muy necesario para romper estereotipos y reivindicar el papel de las mujeres en estas regiones donde tanta falta hace.

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Guillermo González
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