Patrimonio y controversia marcan la historia de unas piezas clave en el arte del África precolonial, valoradas tanto por su belleza artística como por su profundo significado cultural e histórico.
Patrimonio clave del arte africano, los bronces de Benín son una colección de esculturas que provienen del golfo de Guinea, de una zona actualmente perteneciente a Nigeria. Datan del siglo XIII —aunque alcanzaron su mayor esplendor entre los siglos XV y XVII— y destacan por su detallada elaboración y por el uso de técnicas avanzadas de fundición en metal, sobre todo en bronce, aunque en algunos casos también están creadas con latón, madera, cerámica o marfil.
Para su elaboración se utilizaba el proceso de fundición a la cera perdida, una técnica que permite un alto grado de detalle y precisión. Las piezas suelen representar a los obas —los reyes— en escenas cotidianas, y también animales. Aparte de su valor estético, los bronces eran portadores de un profundo significado ritual, se utilizaban en ceremonias religiosas y servían para representar eventos importantes y a los linajes reales. Los bronces —cuyos períodos dorados fueron los reinados de Esigie (sobre 1550) y Eresonye (1735-1750)— dan fe de dicho auge.
Historia del reino de Benín
Estas piezas nos remontan a la historia del Reino de Benín, que fue uno de los más antiguos y ricos de África occidental, y que fundó el pueblo Edo alrededor del año 1180. La dinastía gobernante se inició con el Oba Eweka I, quien estableció la monarquía que perduraría hasta la llegada de los europeos, y desarrolló una estructura política y social compleja.
La edad de oro de Benín tuvo lugar entre los siglos XIV y XVII, destacando particularmente durante el reinado de Oba Ewuare el Grande (1440-1473), bajo cuyo liderazgo el reino se expandió y convirtió en centro de comercio y cultura. En el siglo XV los portugueses llegaron a las costas de África occidental, estableciendo un primer contacto con los europeos basado en el comercio (en muchos casos, de esclavos) y el intercambio de productos. El segundo contacto fue la expedición británica de 1897, y fue más traumático, pues supuso la invasión del territorio (y con ello la incorporación del territorio a este imperio) y el saqueo de sus riquezas.
La controversia del expolio y el proceso de restitución
El saqueo de las tropas invasoras supuso el expolio de miles de piezas de bronce y otros artefactos que con el tiempo fueron subastados por la Marina Británica, y adquiridos por museos y colecciones privadas del Reino Unido tales como el Museo Británico en Londres o el Museo Etnológico en Berlín. Desde hace décadas se cuestiona la posesión de estas obras y se habla de la devolución de estos objetos a su lugar de origen, reconociendo su valor cultural y la injusticia histórica de su saqueo.
Las demandas de restitución por parte de Nigeria señalan que estos objetos fueron tomados ilegalmente durante un acto de agresión y deben ser devueltos a su lugar de origen, a lo que los museos antes mencionados han argumentado que los bronces están mejor preservados y accesibles al público en sus instituciones.
Otros museos y universidades sí han comenzado a devolver algunas piezas. El Museo Quai Branly de París, por ejemplo, devolvió 26 obras a Nigeria en 2021, y la Universidad de Aberdeen en Escocia también restituyó una pieza importante. Por su parte el Humboldt Forum de Berlín acordó en 2022 la devolución de más de mil objetos, incluidos numerosos bronces. Todo ello para beneficio de un museo en Benin City, el Edo Museum of West African Art (EMOWAA), que albergará tanto obras repatriadas como nuevas adquisiciones, y no solo servirá para hacer justicia histórica sino para fortalecer los lazos culturales y promover la comprensión mutua entre las naciones.
Los Bronces de Benín en el arte moderno
La llegada de los bronces de Benín a Europa tras el saqueo, impactó fuertemente a los artistas europeos. Las características estilísticas y técnicas de estas piezas influyeron en varios movimientos artísticos del siglo XX, tales como el cubismo —encarnado en parte de la obra de Picasso—, el surrealismo (visible en lienzos de Max Ernst) o el expresionismo.