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¿Cómo es el impacto ambiental de la Inteligencia Artificial? ¿Afecta a la salud?  

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La Inteligencia Artificial ya es algo aparentemente irrenunciable en la vida de millones de usuarios de todo el mundo. Pero, ¿es sostenible?¿afecta a la salud?

Poco añade a estas alturas recordar que en los últimos años la IA ha experimentado un desarrollo inimaginable, expandiéndose a múltiples sectores y transformando todo tipo de industrias. No pasa un día sin que nos sorprenda un nuevo evento, del tipo que sea, generado por herramientas como ChatGPT o Deep Seek, o empresas como Google o Baidu. Hay, sin embargo, una pregunta que solo algunos formulan tímidamente.

¿Cómo la IA genera contaminación en el mundo?

Esa es, claro está, la pregunta. Y no tiene precisamente una respuesta que la mayoría desee escuchar. El desarrollo y la operación de modelos de IA requieren grandes cantidades de energía. Solo en 2023, el consumo energético de la IA alcanzó los 4,5 gigavatios a nivel mundial, lo que representa el 8% del consumo total de los centros de datos. Y se estima que para 2027 la demanda de energía de estos centros se duplicará, llegando a representar el 2,6% del consumo energético global. Este crecimiento planteará un desafío para la infraestructura eléctrica a nivel mundial. En realidad ya lo hace.

Consumo energético de la IA

El consumo energético de la IA está directamente relacionado con la emisión de gases contaminantes, especialmente en regiones donde la electricidad proviene mayormente de fuentes fósiles como es el caso de Estados Unidos y China. El entrenamiento de un modelo avanzado de IA puede emitir hasta 500 toneladas de CO₂, lo que equivale a las emisiones anuales de 100 automóviles. Además de la electricidad, los centros de datos requieren grandes cantidades de litio, cobalto y tierras raras, cuya extracción tiene un fuerte impacto ambiental.

El problema del agua y la IA

Igualmente son necesarios ingentes volúmenes de agua para mantener sus sistemas de refrigeración. Un ejemplo: Microsoft reportó un incremento del 34% en su consumo de agua en 2023, alcanzando los 14.000 millones de litros en un solo año. Generar un texto de cien palabras en ChatGPT consume, como media, algo más de medio litro de agua. Según un estudio conjunto de The Washington Post y la Universidad de California en Riveside, si un 10% de la población activa de Estados Unidos usara este servicio semanalmente, el consumo anual ascendería a más de 435 millones de litros.

Una IA sostenible al servicio de la salud

Por otro lado no hay que olvidar la creciente importancia de la IA en proyectos de salud optimizando diagnósticos, permitiendo procesar grandes volúmenes de datos y ofreciendo soluciones más rápidas y eficientes, especialmente en áreas con recursos limitados. Un ejemplo de ello es el proyecto de Diagnóstico Simultáneo de Enfermedades Tropicales Desatendidas que hemos desarrollado en Fundación Anesvad en colaboración con la Fundación Raoul Follereau, para crear una prueba PCR capaz de diagnosticar simultáneamente cinco ETD de la piel: úlcera de Buruli, lepra, micetoma, leishmaniasis y pian.

Compromiso para reducir el impacto de la IA

La problemática es compleja pero su abordaje es necesario. No hay una única solución para hacer la IA más sostenible, pero sí algunas urgentes. Como usuarios, debemos hacer un uso responsable y no olvidar el desgaste medioambiental que produce. Respecto a quienes industrializan la IA, es fundamental utilizar energías renovables en centros de datos y desarrollar modelos más eficientes que consuman menos recursos, reciclar y reutilizar hardware, reducir residuos electrónicos y establecer regulaciones ambientales que promuevan prácticas responsables. Así IA minimizará su impacto, equilibrando innovación y sostenibilidad, asegurando que su desarrollo no comprometa los recursos naturales del planeta.

En un mundo donde el agua, la energía y la salud son pilares fundamentales, es crucial reflexionar sobre los peligros que enfrentamos. La escasez de agua potable amenaza la vida de millones, mientras que el uso intensivo de energía para tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial plantea desafíos ambientales significativos. Además, las enfermedades desatendidas continúan afectando a las poblaciones más vulneradas, subrayando la necesidad de un sistema de salud más equitativo y accesible.

Solo a través de una conciencia colectiva y acciones concretas podemos aspirar a un futuro sostenible y saludable para todos.

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