Bienestar socio-económico
Bamba Manyan: profesora y madrina del club de la salud del colegio de Chiépo, Costa de Marfil
“Vienen a ser como los delegados de la escuela en materia de salud; algo así. Son los estudiantes que asumen más responsabilidades en cuestiones sanitarias”
Todos los miércoles por la tarde se reúnen en un aula los 18 miembros del club de la salud del colegio de Chièpo, en Costa de Marfil. En el grupo hay 8 alumnas y 8 alumnos de distintas edades para que sea lo más equitativo posible: “vienen a ser como los delegados de la escuela en materia de salud; algo así. Son los estudiantes que asumen más responsabilidades en cuestiones sanitarias” nos explica Bamba Manyan, profesora del colegio.
Manyan, más conocida como “la señora Bamba” entre sus estudiantes, se ha presentado este año como voluntaria para ocupar el puesto de madrina del club de salud, una tarea que comparte con otro profesor que ejerce de padrino.
Ella nos hace de guía para comprender el funcionamiento y las tareas de este grupo tan especial:
“Tienen que ocuparse de los aseos. Y recoger la basura del patio del colegio. A continuación, se lavan muy bien las manos y sirven de ejemplo para sus compañeros. Es algo que les llena de orgullo. Cuando te diriges a ellos para que ayuden con la limpieza del centro, están muy contentos e incluso motivan a los demás. Han comprendido que no se puede trabajar en espacios sucios y que esto es importante para la salud. Les hablamos de la limpieza y de cómo, si los aseos están sucios, eso provoca enfermedades. Para evitarlas, animan a sus amigos a que se aseen”
Club de la salud del colegio de Chiépo
Además de la formación del equipo docente y el alumnado, la intervención de Fundación Anesvad y la Fundación Raoul Follereau también ha conllevado la instalación de letrinas y lavabos que faciliten el aseo de todas las personas que componen la familia del colegio de Chièpo: “por aquí los llaman trucs” nos corrige la señora Bamba, “han supuesto un gran cambio porque ahora los estudiantes van a estos aseos a hacer sus necesidades”.
La implicación del alumnado en el mantenimiento del centro ha tenido como consecuencia la mejora de su salud. Participar de manera activa en estas actividades les ha dado una responsabilidad sobre la limpieza del colegio que también han trasladado a su propia higiene. El cambio en sus hábitos de aseo ha conseguido disminuir el número de afecciones como diarreas, heridas o flores de barriga. Ahora se lavan las manos antes y después de las clases, antes y después de ir al baño y antes y después de comer. Además, han llevado consigo todo lo aprendido fuera de la escuela y han compartido esos nuevos comportamientos en sus casas.