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¿Cómo promover la agricultura sostenible en África?

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En buena parte del continente la agricultura es el principal motor económico y social. Sin embargo, factores como el rápido crecimiento demográfico, los efectos del cambio climático, la degradación ambiental y la inestabilidad política plantean el reto urgente de transformar este sector hacia un modelo sostenible y resiliente. No se trata solo de producir más, sino de producir mejor.

Desafíos agrícolas y sostenibilidad en diferentes regiones de África

Los retos agrícolas en África son tan diversos como su geografía. Por ejemplo en el norte del continente y en el Sahel, las sequías recurrentes amenazan la seguridad alimentaria de millones de personas. Mientras, en África Central ocurre lo contrario: las lluvias abundantes favorecen la producción, pero la deforestación y la falta de infraestructuras dificultan el aprovechamiento de los recursos. En el sur, la dependencia de monocultivos y la irregularidad de las lluvias acentúan la vulnerabilidad de los sistemas agrícolas.

Problemas estructurales de la agricultura en África

Pero no todo depende de las condiciones medioambientales: también se enfrentan problemas estructurales. Entre estos hay que hablar de baja mecanización, inversión pública y privada limitadas, mercados fragmentados, dificultades de acceso al crédito y carencias en infraestructura de transporte y almacenamiento. A todo ello hay que sumar la falta de políticas coherentes de apoyo a largo plazo, lo que impide que muchos agricultores pasen de una producción de subsistencia a una producción diversificada y sostenible.

El papel de los pequeños productores en el desarrollo rural

Hay que tener en cuenta que la mayoría de los agricultores africanos son pequeños productores —muchas veces productoras—, que trabajan arduamente en parcelas de dimensiones reducidas y que dependen de técnicas tradicionales. No hablamos de un sector reducido, sino del enorme grupo humano que produce hasta el 80% de los alimentos consumidos en varias regiones. Apoyar a estos productores y productoras con formación, acceso a tecnología apropiada y canales de comercialización puede marcar la diferencia en la lucha contra la pobreza rural y la inseguridad alimentaria. Hacerlo es, además, lo justo.

Soluciones sostenibles en marcha en países africanos

Aparte de la problemática, corresponde mencionar experiencias inspiradoras que ya están en marcha en distintos países y que forman parte de la solución. En Etiopía, por ejemplo, se han impulsado proyectos de restauración de paisajes degradados que han devuelto la fertilidad al suelo. En Kenia, el uso de sistemas solares para riego ha permitido a las comunidades resistir mejor las sequías. Caso similar es el de Sierra Leona, que en este último año ha importado suficientes paneles solares para cubrir el 65% de las necesidades energéticas de todo el país. Marruecos y Túnez también han implementado la modernización del riego por goteo, lo que ha optimizado el uso del agua en zonas áridas.

Claves para construir sistemas agrícolas resilientes en África

Avanzar hacia la resiliencia implica diversificar cultivos, mejorar la gestión del agua, fomentar prácticas agroecológicas y desarrollar mercados locales sólidos. Pero también es crucial invertir en infraestructuras que reduzcan pérdidas post-cosecha, así como en sistemas de alerta temprana frente a fenómenos climáticos extremos. Todas estas medidas son fundamentales para fortalecer la capacidad de negociación de los pequeños productores; casos exitosos son los de Ghana y Nigeria, donde las cooperativas de agricultores trabajan de forma modélica.

Agricultura compatible con el entorno natural

Sea como sea, la sostenibilidad agrícola en África no puede desligarse de la protección de la biodiversidad y los ecosistemas. De ahí la necesidad de estimular la incorporación de prácticas agroforestales, la rotación de cultivos y el uso de semillas locales adaptadas al clima. Son pasos esenciales para armonizar producción y conservación: para que la agricultura se convierta en aliada de la resiliencia ambiental.

Formación y alianzas como motor de cambio

Al hilo de lo comentado sobre los pequeños productores, hay que señalar que el futuro agrícola africano pasa por la capacitación de sus comunidades rurales. Programas de formación en técnicas sostenibles, acompañados de acceso a información climática, pueden potenciar la autonomía de los productores. Del mismo modo, las alianzas entre gobiernos, organizaciones regionales, universidades, sector privado y organismos internacionales son fundamentales para escalar soluciones exitosas. Solo la suma de todo ello brindará una solución luminosa a la agricultura africana, cautiva de la fragilidad estructural y climática, pero más que capaz de convertirse en motor de transformación sostenible. Solo así se podrá garantizar la seguridad alimentaria y abrir un futuro donde producir alimentos vaya de la mano con cuidar la tierra que los hace posibles.

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