Más de 300 mujeres fabrican y comercializan jabón para los hogares, los centros de salud y las escuelas de varias comunidades rurales de Benín. Un pequeño país africano, cuna del vudú y endémico en úlcera de Buruli. Hablamos de jabones que salvan vidas.
Una de cada 3 personas en el mundo, el equivalente a 2.400 millones de habitantes, no tiene acceso a un saneamiento mejorado. Viven en comunidades y zonas rurales como Sèdjè-Dénou y Ahomadégbe, en el pequeño país africano de Benín. Allí, cuando quieren lavarse las manos, a menudo no disponen de agua. Tampoco de jabón. Este hecho tan simple condiciona la higiene personal y favorece la proliferación de enfermedades infecto-contagiosas como el cólera. Los niños y las niñas dejan de ir a la escuela porque caen enfermos/as. Y es que un gesto tan común en la infancia como llevarse las manos a la boca, puede desencadenar una enfermad tan mortal y común en la infancia como la diarrea. Esta es la tercera causa de muerte en menores de cinco años. El suelo que pisan descalzos está a menudo, además, contaminado. Más de 940 millones de personas en el mundo no disponen de letrinas y tienen que defecar al aire libre, contaminando con ello el agua y el ambiente.
Jabones que salvan vidas. Un proyecto de agua, higiene y saneamiento
“Quienes no se lavan las manos con agua y jabón tienen un riesgo tres veces superior a contraer parásitos y otras afecciones a quienes sí lo hacen”, señala en este sentido Gabriel Díez, Técnico de Proyectos de Anesvad para Benín. El país en el que estamos poniendo en marcha ahora la segunda fase de un proyecto de agua, higiene y saneamiento que, entre sus actividades incluye la formación de mujeres en la fabricación y la comercialización de jabón sólido y líquido para los hogares, los centros de salud y las escuelas. Su disponibilidad, como indica Richard Houndjetin, profesor de la escuela pública primaria de Adjaïgbonou, ya está produciendo cambios positivos en las aulas: “El absentismo y el abandono escolar han bajado” gracias a este proyecto de agua, higiene y saneamiento, explica, mientras otros indicadores socio-sanitarios también mejoran paulatinamente.
La producción de jabón permite, además a las mujeres obtener algunos ingresos para ayudar a sus familias. Las empodera y refuerza en la promoción del Derecho a la salud y la participación social. Un dato más, en un país en el que muchas familias viven por debajo del umbral de la pobreza, con menos de dos dólares al día.