En Anesvad llevamos mucho tiempo en la lucha contra la úlcera de Buruli, una ETD que afecta especialmente a poblaciones vulnerables.
Úlcera de Buruli. El nombre de esta Enfermedad Tropical Desatendida (ETD) hace alusión a una región de Uganda, el distrito de Buruli, donde se describieron numerosos casos en refugiados ruandeses por 1958.
Aunque también se conoce con otros nombres, como enfermedad de Bairnsdale (en Australia todavía la conocen así), los síntomas de esta infección ya habían sido descritos por viajeros y misioneros que recorrieron África a finales del siglo XIX. La bacteria no fue aislada e identificada hasta 1948. Se trata, pues, de una enfermedad reciente y bastante desconocida.
En la actualidad afecta especialmente a poblaciones vulnerables del Golfo de Guinea. Comunidades por ejemplo de Costa de Marfil, Benín y Ghana, países donde Anesvad está presente en la sensibilización, la detección precoz y la cura de esta afección tropical. Trabajamos de la mano de organizaciones locales con una larga reputación en la lucha contra la úlcera de Buruli y con resultados reconocidos por los propios ministerios de salud.
Epidemiología de la úlcera de Buruli
Esta enfermedad se transmite principalmente a través del agua. Las modificaciones del medio ambiente, tales como la deforestación, la construcción de sistemas de regadío, pantanos y diques, parecen haber desempeñado un papel fundamental en la reaparición de la enfermedad. Se cree que la micobacteria prolifera en el lodo que se forma debajo de las aguas estancadas. El contagio puede producirse por contacto directo con elementos contaminados presentes en el medio, aerosoles procedentes de superficies acuosas o animales acuáticos.
Esta enfermedad no hace discriminación de raza ni de edad. Aun así, la mayoría de los afectados son menores de 15 años (rango: 2-14 años). Estos a su vez viven en zonas rurales pobres, próximas a ríos, pantanos y aguas estancadas, en países tropicales y subtropicales. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son la principal estrategia para minimizar lesiones y evitar discapacidades. Así como el tratamiento de ulceras que aparecen en zonas como pies y manos.
Hoy y siempre nuestra lucha se ha centrado en África, donde las condiciones sanitarias y la falta de información hacen que la enfermedad incida con más fuerza.