Se sabe que el cambio climático es un reto, pero ¿cómo afecta el cambio climático en África? El reto de mitigarlo y la degradación del medioambiente es común para todos los países. Algunos de ellos, no obstante, incumplen su compromiso al priorizar un desarrollo económico dependiente de la explotación intensiva de materias primas que provocan contaminación.
Cambio climático en África
13 de las 20 naciones con peor desempeño ambiental en el mundo son africanas. Este dato significativo se desprende del último Environmental Performance Index publicado por la Universidad de Yale en 2020, que ofrece datos pormenorizados del estado de la sostenibilidad en el mundo, analizando 180 países en base a 32 indicadores de rendimiento en 11 categorías temáticas en cuanto a salud ambiental y vitalidad de los ecosistemas.
Y es que la relación entre desarrollo, pobreza y protección del medioambiente es estrecha. Los países donde trabajamos, sin ir más lejos, se encuentran en la parte baja del listado de desempeño, entre los puestos 157 (Benín) y 176 (Costa de Marfil) de 180. ¿A qué se debe esta baja puntuación?
Desarrollo económico a costa del medioambiente
Existen varios factores que contribuyen al bajo desempeño medioambiental de los países en desarrollo. Uno de los más evidentes es que la búsqueda de la prosperidad económica, que se manifiesta en la industrialización y la urbanización, a menudo significa más contaminación y otras presiones sobre la vitalidad de los ecosistemas y las emisiones nocivas para el aire y el agua. Además, muchos países dependen de la generación de electricidad a partir del carbón para apoyar este rápido crecimiento económico.
Países de África Occidental como Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Guinea y Sierra Leona además siguen experimentando una gran pérdida de reservas naturales. Esto se debe a la agricultura extensiva de la palma o el cacao y la minería ilegal. Por último, la eliminación inadecuada o inapropiada de los residuos, además de contaminar el medio natural, supone un riesgo para la salud pública de toda la población.
La solución pasa por una mayor inclusión de factores medioambientales en las políticas públicas y una descarbonización de las economías crecientes en África. Lo cual podría atajar los efectos devastadores sobre el medio ambiente, frenar el cambio climático y contribuir a mejorar la salud de las poblaciones del continente.