A pesar de que la esperanza de vida ha crecido en 11 años, sigue habiendo una enorme desigualdad en las condiciones de bienestar en esta parte del planeta.
La esperanza de vida en el mundo
Hace unas semanas se publicó el último informe sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH). El informe fue redactado a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Este indicador mide cada año, desde 1990, el bienestar de las personas en 189 países en función de tres parámetros: salud, educación e ingresos. Variables que implican oportunidades reales de mejora de la vida de la población. Con esos criterios se elabora un listado que ordena los países de mayor a menor IDH. En este último informe, Noruega encabeza la lista, mientras que Níger la cierra. Junto a éste, a la cola encontramos otros 11 países, todos de África Subsahariana.
A grandes rasgos, el informe destaca que pese a las grandes desigualdades entre países, el conjunto de Estados progresa, aunque muy lentamente. De los 189 países incluidos en el listado, 59 ya se ubican en el grupo de desarrollo muy alto, y 38 pertenecen al más bajo. En 2010 estas cifras eran de 46 y 49 respectivamente. Otro de los datos más positivos que arroja el documento es que en los 46 Estados que conforman la región Subsahariana, la esperanza de vida ha aumentado 11 años desde 1990.
Desigualdad y problemas en África Subsahariana
Precisamente sobre esta zona el informe recuerda que conviene no perder de vista a los muchos millones las personas que están expuestas a una considerable desigualdad. Se refiere a sus condiciones de bienestar, ya que limita las opciones y oportunidades de los individuos y frena el progreso”.
Además, se incide en que los derechos de los habitantes de los países de África Subsahariana se ven lastrados por las innumerables injusticias. A ellos hay que sumar la exposición a unos contextos de vida severos. El Derecho a la Salud y el acceso a medidas sanitarias no están ni mucho menos garantizados. Ejemplo de ello son las epidemias de VIH que asolaron el continente durante décadas, o la incidencia actual de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), que se ceban con las personas más desfavorecidas de estas regiones.
Estas conclusiones del informe refrendan el trabajo que desarrolla Anesvad en los países del África Subsahariana en los que está presente: Benín, Ghana, Togo y Costa de Marfil. En estas zonas se concentra el 90% de la carga mundial de morbilidad asociada a las ETD. Además, viven las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad y con los sistemas de salud más precarios.
No se trata únicamente de intervenir desde una perspectiva sanitaria, sino también desde el planteamiento de adecuación de aquellos recursos que mejoren las condiciones de vida de esas poblaciones: acceso a agua potable, medidas higiénicas, alimentación y educación.