La pandemia originada por la COVID-19 tiene visos de prolongarse durante el 2021. Ante el repunte de contagios a nivel global, el personal de enfermería se prepara para continuar en primera línea de batalla.
Si algo hemos aprendido en 2020, es que las y los trabajadores de la salud son pieza indispensable contra la pandemia de la COVID-19. Por ello, desde Anesvad ponemos en valor su trabajo y exigimos que puedan desempeñarlo en condiciones dignas.
Garantizar el bienestar del personal sanitario, especialmente de las enfermeras que han padecido condiciones extremas ante esta crisis, es una obligación de las administraciones. El derecho a trabajar bajo condiciones dignas, con la formación adecuada y con material sanitario de calidad debe ser hoy una prioridad.
Las enfermeras como retén contra el virus
Desde Anesvad hemos puesto en marcha la campaña “Menos Virus, Más Enfermeras” para poner en valor al personal de enfermería y ayudar a dotarlo de recursos suficientes. Porque sin ellas, la sanidad se para. Hemos querido darles voz para que nos relaten cómo están viviendo esta crisis tanto aquí como en los países donde intervenimos.
Lucía Trapote, trabajadora del Hospital de Txagorritxu de Vitoria, pone de relieve la importancia de trabajar en un sistema sanitario público y que atienda a todo el mundo sin distinciones. “La población debería valorar el poder acceder a un hospital y no tener que pagar” matiza cuando le hablamos sobre la desigualdad en el acceso a la salud en los países empobrecidos donde interviene Anesvad.
Desde Costa de Marfil, Pauline Murielle Demisere admite estar siempre alerta ante los daños que la COVID-19 pueda ocasionar. Ella es consciente de que “todas las miradas están puestas en nosotras” como dique de contención contra el virus. “Al comienzo de la pandemia vivimos momentos de enorme estrés, no solo por la información que recibíamos y por la aplicación estricta de las medidas preventivas, sino porque estábamos expuestas al riesgo de contagio” asegura.
Rosalie Sessi, que trabaja en la Polichinelle Wossinu y Gbogbo de Lomé, la capital de Togo, coincide con Pauline. «Somos nosotras las que corremos mayores riesgos de contagio, pues tratamos a estos pacientes con cercanía hasta que abandonan el centro”.
Desde Anesvad, seguimos trabajando para capacitar al personal de enfermería de sistemas sanitarios debilitados. Reivindicamos una mejor capacitación en materia de prevención y control de contagios. Incluida la disponibilidad de suficientes equipos de protección personal, así como un mayor acceso a PCR y test del personal sanitario.