El calentamiento global obliga a pueblos de todo el mundo a dejar atrás su lugar de vida y buscar un sitio donde empezar de nuevo. Esto es especialmente severo en el África Subsahariana. ¿Cómo encontrar soluciones sostenibles?
Migración y cambio climático son dos términos dramáticamente relacionados. El calentamiento global amenaza con sequías, inundaciones y olas de calor cada vez más frecuentes, y esto sitúa a millones de personas en la obligación de buscar un nuevo lugar donde desarrollar su vida. El fenómeno es muy grave en África, donde sequías, desertificación, deforestación, escasez de agua, aumento de las mareas y erosión costera aumentan en las últimas décadas.
Algunos datos sobre migración climática
Como señala la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la rama de Naciones Unidas que desde 1951 observa y estudia movimientos migratorios humanos, del total de personas desplazadas internas (PDIs) debido a desastres (inundaciones, tormentas, o aludes) en los primeros años de la actual década, 265.400 lo fueron en la región de África Central y Occidental. Según cifras de 2022, la República del Congo ha sido el país más afectado de acuerdo con datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas, seguido por Chad, Liberia, Nigeria, y Níger. Según OCHA, en 2022 un total de once países son foco de inundaciones incluyendo a Chad, Costa de Marfil y Gambia.
Por otro lado, en África Oriental y el Cuerno de África, un cuarto año consecutivo de sequía en la región ha provocado pérdidas de medios de subsistencia y ganado, dejando a millones de personas severamente afectadas en Kenia, Somalia, y Etiopía, y obligando a millones de personas a abandonar sus hogares a la búsqueda de alimentos, agua y pasturas, muchas de ellas hacia zonas urbanas. Tanzania y Zambia son también casos palmarios.
“Estas cifras nos obligan a cooperar en el diseño de soluciones sostenibles al desplazamiento de las personas”, ha declarado Caroline Dumas, Enviada Especial de Migración y Acción Climática del Director General de la OIM. Dumas ha agregado: “Si bien en la narrativa mundial ya ha habido un reconocimiento cada vez mayor de la movilidad humana en el contexto del Cambio Climático, los fondos de los que se dispone siguen siendo escasos”.
Soluciones sostenibles a la movilidad humana
En 2022 los Estados Miembros de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), la Comunidad Africana Oriental y los Estados de África Oriental y el Cuerno de África firmaron un protocolo de importancia: la Declaración de Kampala sobre Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático. En este acuerdo, los estados firmantes llamaron urgentemente a responder al impacto del cambio climático sobre la movilidad humana en toda la región y el continente, reconociendo la necesidad de crear y aumentar la inversión en economías verdes, como la economía circular, la energía renovable y la eficiencia energética, una agricultura inteligente en relación al clima, la economía digital, y las soluciones basadas en la naturaleza. Este protocolo se une a los esfuerzos de la OIM, organización que sintetiza sus objetivos en estos puntos:
- Evitar la migración forzosa que deriva de factores ambientales en la medida de lo posible.
- Brindar asistencia y protección a las poblaciones afectadas cuando la migración forzosa realmente ocurre en situaciones de cambio ambiental y climático, y buscar soluciones duraderas a su situación.
- Facilitar la migración en el contexto de la adaptación al cambio climático y mejorar la resiliencia de las comunidades afectadas.
En el informe redactado por la fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), que estudia desde 2015 el tema Migraciones Climáticas desde la plataforma del mismo nombre, la investigadora Beatriz Felipe Pérez destaca que aunque “son ya varios los Estados que incluyen referencias más o menos explícitas (y con diferente alcance) a la movilidad humana inducida por la crisis climática en sus normativas nacionales, climáticas y de la movilidad humana”, los progresos analizados no son “de ninguna manera, suficientes para proteger a todas las personas migrantes climáticas. Sin embargo, suponen pequeños pasos hacia adelante en comparación con una década atrás”. Es esencial seguir urgiendo a los sistemas políticos y normativos necesarios para el reconocimiento y la protección de las personas cuya vida se ve amenazada por la migración climática.
Movimiento migratorio y salud
En paralelo a este fenómeno y a sus posibles soluciones, es oportuna la reflexión sobre un modelo equilibrado de movilidad de profesionales de la medicina que pueda, si no paliar los motivos que la causan, sí ganar tiempo y salud asistiendo a sus involuntarios protagonistas.
Teniendo en cuenta los países de origen, sus necesidades sanitarias y su desarrollo social, los sistemas de salud de los países de destino y los profesionales afectados por el movimiento migratorio, Fundación Anesvad propone, en el informe “La movilidad laboral como oportunidad para la salud global. Una perspectiva africana” elaborado junto al equipo de investigación periodístico sobre migraciones porCausa, una estrategia con tres líneas de acción:
- La existencia de un modelo reforzado y operativo de Salud Global en el que la movilidad de los profesionales no conlleve la desatención de aquellas personas más vulnerables o de enfermedades olvidadas.
- Un modelo de movilidad que potencie el beneficio de todas las personas, superando con creces a los riesgos iniciales y, por tanto, impactando a favor de los derechos y el desarrollo de las sociedades de origen.
- Una cooperación internacional que juegue un papel clave en tareas como proporcionar un marco institucional y legal sólido, facilitar alianzas, formar en origen o analizar el impacto del movimiento migratorio.