Los sistemas sanitarios deberían garantizar la atención a todas las personas, sin distinción. ¿Por qué debemos defender la sanidad pública?
Por qué defender la Sanidad Pública
Aquí te traemos siete argumentos a favor de la sanidad pública:
1. EL DERECHO A LA SALUD ES UN DERECHO HUMANO FUNDAMENTAL
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 25, “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia sanitaria y los servicios sociales necesarios”.
Es decir, la salud es un derecho humano fundamental que debería estar garantizado para todas las personas. Todavía hoy en muchos países del mundo este derecho se vulnera.
2. LA SALUD NO ES SOLO LA AUSENCIA DE ENFERMEDAD
Son muchos los factores que entran en juego y son determinantes para una buena salud: el acceso a alimentos seguros, agua potable e instalaciones de higiene y saneamiento. Además de la educación, la vivienda, el acceso a información, el grado de protección social de los gobiernos respecto a su población, la fragilidad ante el cambio climático, las discriminaciones sistémicas por razones de raza, edad, genero, identidad y orientación sexual… todo ello repercute en el bienestar físico y mental de las personas.
3. EL ACCESO A SERVICIOS SANITARIOS ES UNA CUESTIÓN DE JUSTICIA SOCIAL
La igualdad de oportunidades para conseguir sociedades más justas pasa por una sanidad universal y unos servicios de salud de calidad. Independientemente del nivel socioeconómico de las personas, la sanidad pública garantiza el acceso igualitario a la atención sanitaria.
En aquellos lugares donde no existe una cobertura sanitaria universal, las desigualdades son más acuciantes entre las personas que pueden permitirse económicamente esta atención y las que no. Además, el sector de la población que no puede acceder a ella puede terminar afectando también a la población con cobertura. Por ejemplo, en la transmisión de enfermedades infecciosas.
4. LA FALTA DE SALUD ES CAUSA Y CONSECUENCIA DE LA POBREZA
Las personas que viven en lugares enriquecidos, tienen trabajo, vivienda, alimentos saludables y acceso a la educación. En resumidas cuentas, gozan de mayor salud que aquellas que viven en contextos empobrecidos. Las condiciones materiales, sociales y económicas influyen notablemente para que podamos vivir de manera saludable. Muchas personas enferman por no disponer de estos medios y entran en un círculo de pobreza que les impide desarrollarse.
Por ello, y para reducir desigualdades, es necesario garantizar la Cobertura Sanitaria Universal, que engloba todos aquellos servicios de salud esenciales para que las personas puedan vivir con dignidad sin tener que hipotecar su futuro para poder pagar una atención sanitario.
5. UNA SANIDAD FUERTE PUEDE DAR UNA RESPUESTA MÁS EFICIENTE A FUTURAS PANDEMIAS
La respuesta a una crisis sanitaria, ya sea por un brote de enfermedad u otros factores como desastres naturales o guerras que aumenten la demanda de atención de la salud, necesitan una respuesta rápida. Una reacción coordinada y adaptable de los sistemas sanitarios.
Los sistemas de salud son resistentes si protegen la vida humana y producen buenos resultados de salud para todos durante una crisis y tras sus consecuencias. Estos sistemas pueden proporcionar por tanto beneficios en la vida cotidiana y resultados positivos para la salud.
6. LA SANIDAD PÚBLICA ES UNA INVERSIÓN A FUTURO
Invertir en un sistema sanitario público y robusto asegura una población más sana y con mayores posibilidades de desarrollarse en todas las facetas de su vida. En la sanidad privada, el beneficio económico es el objetivo principal. Lo cual entra irremediablemente en conflicto con los principios éticos y los objetivos de la medicina.
La sanidad privada no se basa en los principios de la solidaridad y altruismo. Sino de la rentabilidad y se aplican incentivos para reforzar las ganancias.
7. LA INVESTIGACIÓN EN HOSPITALES PÚBLICOS NOS BENEFICIA A TODAS
Las investigaciones de tratamientos médicos en sus fases iniciales, cuando todavía no son rentables para empresas privadas como farmacéuticas, y que se realizan en hospitales públicos o centros de investigación asociados a estos hospitales, difícilmente podrían desarrollarse en instituciones privadas por su escaso retorno económico.
A modo de ejemplo, el primer tratamiento aprobado en España con células madre para la enfermedad de Crohn se desarrolló gracias a la labor inicial conjunta de profesionales de la sanidad pública y casi toda la financiación fue por fondos públicos hasta que una empresa se interesó para comercializarla.
La Salud es un Derecho Humano Fundamental.