Los recursos médicos y sanitarios en África: Avances y desafíos

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El continente ha visto avances significativos en el sector de la salud, pero aún enfrenta carencias importantes. Urgen recursos tecnológicos, capacitación y medicamentos que brinden a toda la población su inalienable Derecho a la Salud.

África sigue pendiente de acceso universal a la atención sanitaria en todos sus territorios. En muchos de sus 54 países hay zonas rurales y remotas sin infraestructuras sanitarias suficientes que permitan a sus habitantes acceder a los servicios esenciales. Enfermedades infecciosas como la malaria, el VIH/SIDA, la tuberculosis y las Enfermedades Tropicales Desatendidas —males como el pian, la lepra o la úlcera de Buruli que podrían erradicarse con la ayuda de todos— siguen existiendo. Y otras como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, siguen en expansión.

Frente a esta situación la insuficiente cantidad de profesionales sanitarios formados compromete unos servicios sanitarios en realidad escasos, afectados además por la inestabilidad política, los conflictos y los desplazamientos de población, muchos de estos provocados por el cambio climático.

Innovaciones que están marcando la diferencia

Los avances también existen, y están marcando, pese a todo lo que hay por hacer, diferencias importantes respecto a las últimas décadas. Hay, por ejemplo, interesantes iniciativas en materia de telemedicina y salud digital, que, sin ser un reemplazo de la siempre deseable presencia de los facultativos, prestan un servicio en áreas rurales donde el acceso a médicos es limitado. La tecnología —con plataformas como la egipcia Vezeeta o con aplicaciones como mPedigree, que verifica la autenticidad de medicamentos, o MomConnect, que proporciona información a madres embarazadas y nuevas madres— juega un papel valioso en ese caso. Como el uso de drones para entregar suministros médicos, que ya es una realidad gracias a Zipline, empresa que opera en países como Ruanda y Ghana.

En el África post-Covid 19 se van viendo poco a poco dispositivos que permiten el reconocimiento rápido de enfermedades como la tuberculosis y el SIDA, y se realizan diagnósticos con ayuda de Inteligencia Artificial, caso del proyecto Baobab Health Trust en Malaui, que usa esa tecnología para mejorar la precisión de los diagnósticos médicos y la gestión de registros médicos. En esa línea también operan iniciativas como E-Nable, que recurre a la impresión 3D para crear prótesis asequibles para personas sin recursos.

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Desafíos clave en la sanidad africana

Pero cada logro pone de manifiesto la importancia de los desafíos pendientes de lograr. Urge un incremento de las inversiones para la lucha contra las grandes enfermedades. Y urgen colaboraciones, tanto públicas como privadas, que estimulen la construcción de infraestructuras sanitarias y el acceso a medicamentos, sobre todo en las zonas más remotas e incomunicadas del continente.

Falta infraestructuras de cara a la construcción de nuevos hospitales y clínicas, y capacitación y educación médica para formar a tanto personal sanitario como sea preciso en cada territorio. La investigación local debe dar como fruto el desarrollo de medicamentos locales, lo que reducirá la dependencia de importaciones y mejorará la disponibilidad. La meta bien podría ser dejar de tener dependencia de la ayuda internacional: sería un indicador no solo de una mejora sanitaria a gran nivel, sino de una derrota a la pobreza y las barreras económicas que mantienen a tantas personas lejos de un derecho humano como el Derecho a la Salud.

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