El personal sanitario y los equipos de investigación centrados en salud pública han estado involucrados en primera línea en la lucha contra la COVID-19. Desde Anesvad, hemos recogido sus reflexiones. Historias que giran entorno a un concepto común: la necesidad de contar con recursos y reforzar la investigación y atención sanitaria para garantizar el bienestar de todas las personas.
Reflexiones de los profesionales sanitarios
Aunque progresivamente se atisba una vuelta a la normalidad, los estragos de la crisis han dejado huella en las personas que han trabajado en contacto directo con el virus en diferentes frentes.
Bajar a la farmacia ha sido para muchos un ejercicio de valentía. Nos ponemos en contacto con Guillermo Estrada, vocal de Investigación y Docencia en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Toledo. Él nos cuenta que, durante semanas, muchos compañeros no disponían de las medidas de protección suficientes para atender a los clientes. “Durante semanas no tuvimos mascarillas, guantes o sistema de protección alguno, y esta falta de seguridad ha derivado en más de 500 compañeros infectados. Hemos demostrado que los farmacéuticos estamos para lo que se nos necesite. Que somos un aliado del Sistema Nacional de Salud que está, desafortunadamente, desaprovechado” relata Estrada. Y es que las farmacias han continuado expidiendo medicamentos para otras enfermedades mientras atendían la avalancha de consultas y pedidos relacionados con el coronavirus.
Esta saturación también es compartida por Fernando Ramírez, médico de familia en el Centro de Salud de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). “Los países que más han contenido la epidemia lo han hecho en base a controlar a los pacientes en sus casas. Derivando únicamente los casos más complicados a los hospitales y evitando una movilidad que al final provoca más contagios” declara, afirmando que estar más cerca del paciente debe ser “una de las enseñanzas clave de esta crisis sanitaria”.
Investigación en tiempo récord
La búsqueda de una vacuna contra el coronavirus es la meta de infinidad de equipos de investigación en todo el mundo. Pero no hay que olvidar que muchos otros han trabajado a contrarreloj para entender el origen de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 y diseñar tratamientos adecuados para tratarla. En España Israel Cruz, jefe del Departamento de Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad, cuenta que desde que comenzó la pandemia en España “los centros de investigación se han ofrecido al sistema de salud para aumentar las capacidades diagnósticas y algunos de ellos han sido acreditados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII)”.
En cuanto a una posible vacuna, el experto asegura que “existen diferentes alianzas internacionales que están promoviendo el trabajo coordinado del sector público y privado para una producción rápida y a gran escala de una vacuna en un horizonte de 12-18 meses”, un horizonte temporal inusual, ya que vacunas contra enfermedades contra las paperas o el ébola han necesitado “entre cuatro y cinco años”.
Profesionales como Israel, Guillermo o Fernando corroboran que nuestros sistemas sanitarios necesitan fortalecerse. Hay que poner la salud en el centro de nuestra sociedad. Solo así conseguiremos el bienestar de todas las personas sin dejar a nadie atrás.