Las jóvenes de Saint Camille: una historia de superación y reinserción social

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A la hora de ser autosuficientes económicamente, muchas mujeres que padecen ETD no disponen de recursos para una reinserción social una vez han superado la enfermedad. Las jóvenes de Saint Camille están en camino de romper estas barreras.

En muchos países de África, las mujeres son las más expuestas a la pobreza y a la falta de oportunidades. En Benín, cerca del 95% de las mujeres son autoempleadas, es decir, trabajan por su cuenta de manera informal, sin una fuente oficial ni regular de ingresos.

Además, solo una de cada 10 tiene acceso a un crédito o a financiación de bancos o entidades financieras para sustentar sus negocios. Esta enorme barrera dificulta que sean independientes y dueñas de su propio futuro. Muchas veces, estas mujeres dependen de sus maridos u otros hombres de su familia para subsistir, y están expuestas a multitud de violencias.

Empleo para las jóvenes de Saint Camille afectadas por ETD

Jóvenes del centro en una clase de costura en Saint Camille de Davougon

El Hospital Saint Camille de Davougon se encuentra en Benín, a unos 40 kilómetros de la frontera con Togo. Este gran complejo sanitario acoge, entre otras, a personas enfermas de ETD y a sus familiares.

Allí viven cerca de 60 niñas y adolescentes –algunas de ellas afectadas por

ETD como la úlcera de Buruli– cuyo futuro es incierto. Desde el 2003, y a través de un proyecto en colaboración con Cáritas estamos impulsando el Centro Femenino de Davougon, donde adolescentes y mujeres jóvenes que son huérfanas o han sido abandonadas allí reciben apoyo para su formación escolar y profesional. La única manera que tienen estas jóvenes de salir adelante y ser autosuficientes es aprendiendo un oficio, formándose.

Reinserción social: ¿Cómo funciona el programa de formación?

Tres de las alumnas del taller de calderería.

Junto a trabajadoras sociales, profesionales de la costura, la peluquería y la calderería, elaboramos un plan de integración social y profesional para cada joven. Eugénie Adjogboto es instructora de costura y conoce bien la realidad del centro porque ella fue alumna antes de ser profesora. “Yo estuve en este centro y aprendí a coser. Obtuve mi diploma de costura en 1997 y quiero compartir con las jóvenes este oficio. Actualmente tenemos 22 mujeres formándose a través de diferentes módulos: corte y confección, dobladillos, ojales… Al enseñarles a coser pretendemos ofrecerles un futuro mejor. Hacemos todo lo posible para que al final abran su propio taller y puedan ganarse la vida así.”

En el Centro Femenino de Saint Camille de Davougon apoyamos a mujeres jóvenes a obtener un título de costura, calderería y peluquería. Un oficio que les permita trabajar en un futuro y ser independientes. Las acompañamos para que salgan del olvido.

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Mikel Edeso
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