Junto a ILDS y GlobalSkin lideramos un hito histórico en la 78ª Asamblea Mundial de la Salud con la aprobación de una resolución pionera.
Durante la 78ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS), celebrada en Ginebra en mayo de 2025, se ha aprobado una resolución histórica que reconoce por primera vez a las enfermedades de la piel como una prioridad de salud pública global. Impulsada por Fundación Anesvad, la Liga Internacional de Sociedades Dermatológicas (ILDS) y la red internacional de organizaciones de pacientes GlobalSkin, con el liderazgo de Costa de Marfil como país proponente y el apoyo de países como Nigeria, Togo, Colombia, Egipto, China o Micronesia, esta resolución marca un antes y un después en la historia de la salud global.

Un encuentro internacional para una resolución transformadora
El 20 de mayo, en el Hotel President Wilson —símbolo del multilateralismo en la ciudad más diplomática del mundo— se celebró un side event organizado por las entidades impulsoras, con el objetivo de reflexionar sobre los próximos pasos para implementar la resolución y reforzar el compromiso político y técnico necesario para llevarla a la práctica. En un ambiente multilingüe donde se mezclaban el inglés, francés, castellano, afrikáans e incluso euskera, el evento reunió a representantes de gobiernos, organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, personal sanitario y personas afectadas.
Desde la Organización Mundial de la Salud, Ibrahim Socé Fall, director del Departamento de Enfermedades Tropicales Desatendidas, fue claro: “Incorporar la atención a la salud cutánea en la atención primaria es la vía más fácil y accesible para implementar esta resolución”.

Su intervención puso de manifiesto la necesidad de adoptar un enfoque práctico, asequible y sostenible que permita mejorar el acceso a la atención para millones de personas en todo el mundo. También subrayó que las enfermedades de la piel, muchas veces visibles pero desatendidas, requieren respuestas integradas, especialmente en los sistemas de salud más frágiles.
Esta visión coincide plenamente con el trabajo que Fundación Anesvad desarrolla en África Subsahariana, donde colaboramos con los programas nacionales de salud para fortalecer la detección, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) de la piel.
Las voces que construyen el cambio
Toni Roberts, fundadora de DEBRA Sudáfrica para brindar apoyo a personas que, como ella, sufren epidermólisis ampollosa abrió el acto con un testimonio conmovedor: “Cuando nací, los doctores le dijeron a mis padres que no verían mi cara cumplir un año… y sin embargo, aquí estoy”.

Su historia, como la de millones de personas afectadas por enfermedades cutáneas, puso en el centro la necesidad de dar un altavoz a quienes viven estas patologías en primera persona, especialmente en contextos de ingresos bajos y medios.
Jennifer Austin, directora ejecutiva de GlobalSkin, recordó que “ha sido un largo camino” y subrayó la importancia de que “los pacientes no pierdan la esperanza”.

Por su parte, la doctora Claire Fuller, en representación de ILDS, destacó que esta resolución “ayudará a integrar las enfermedades de la piel en los planes de salud pública de los países que más lo necesitan, construirá capacidades y mejorará los resultados de los pacientes”.

Iñigo Lasa, director general de Fundación Anesvad, ofreció una perspectiva basada en la evidencia recogida en terreno: “Aunque nuestro trabajo se centra en las ETD de la piel, los datos que recogemos muestran que la gran mayoría de los casos que llegan a los centros de salud no son clasificados como ETD, sino como otras enfermedades cutáneas que también requieren atención. Solo en Benín, en 2017, el 94 % de los casos registrados no eran ETD, pero sí enfermedades de la piel”.

Esta realidad revela la necesidad urgente de establecer mecanismos de coordinación más amplios que permitan dar respuesta integral a todas las personas afectadas por patologías cutáneas, sin dejar a nadie atrás.
Katherine Urbáez, directora ejecutiva de la Health Diplomacy Alliance, insistió en que “esta resolución es solo el principio. Ahora debemos hacer incidencia global para que cada país la adopte y la traduzca en políticas concretas. Es una herramienta para la defensa de derechos”.

Diversidad, equidad y dignidad: los retos por delante
También se escucharon voces críticas y constructivas desde el Sur Global. Una dermatóloga congoleña señaló con firmeza que “si queremos llegar a las personas afectadas, hay que salir de los despachos y acercarnos a la realidad. No puede hacerse solo desde Ginebra, en inglés o entre hombres. Hay que escuchar a las comunidades”. Su mensaje fue un recordatorio potente de la importancia de incluir enfoques interculturales, lingüísticos y de género en la implementación de cualquier política pública global.
Antoine Gliksohn, presidente de la federación de personas con albinismo, compartió un deseo sencillo pero profundo: “Que tener una piel diferente no sea motivo de estigma”.

Lo que viene: del reconocimiento al impacto real
Las enfermedades de la piel afectan a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo. Aunque muchas de ellas no sean letales, sí tienen un profundo impacto en la calidad de vida, la productividad y la salud mental, generando estigmas difíciles de erradicar. La resolución aprobada busca reducir su incidencia a través de una atención temprana y eficaz, mejorar los resultados para las personas afectadas, integrar su atención en los sistemas de salud primaria y fomentar la investigación sobre los determinantes sociales de la salud cutánea.
Esta resolución no solo visibiliza una realidad olvidada, sino que abre un camino para transformar los sistemas de salud desde un enfoque de derechos humanos, equidad y justicia social. Desde Fundación Anesvad, junto a nuestros aliados internacionales, seguiremos trabajando con gobiernos, organizaciones locales, la OMS y personas afectadas para garantizar que este compromiso global se traduzca en mejoras reales para las vidas de millones.