Hoy, con 24 años, Brigitte Houndotokon celebra su tesis sobre parasitología de UB. Todo un éxito. Y trabaja en el Centro de Zagnanado, apoyado por Anesvad desde el año 2002 en su lucha contra la úlcera de Buruli. En 1996 acudió con sus padres al centro. Un nódulo en su pierna que no conseguía sanar fue el motivo de su visita.
Le trataron primero curanderos tradicionales, algo muy habitual en el país, por el origen místico que se le da a la UB, una Enfermedad Tropical Desatendida cuyo origen se desconoce. Esos cuidados no surgieron efecto en Brigitte y la enfermedad avanzó. El estadio en el que llegó al centro no dio otra opción más que su ingreso, durante nueve meses y la posterior amputación de su pierna. La operación, la realizó la Doctora Julia Aguiar, directora del centro y cuyo prestigio por su conocimiento en el tratamiento de la enfermedad está reconocido a nivel internacional.
En su convalecencia conoció al entonces Director del Centro de Tratamiento Integral de UB de Lalo, Christian Johnson, que decidió ocuparse de ella. Sus padres, sin recursos, no sabían cómo atenderle y no querían que regresara a su poblado por el rechazo que generaría en su entorno saber que había padecido la enfermedad, muy estigmatizada. Su vida en el Centro de Zagnanado empezó entonces, así como su escolarización. Con retraso, porque nunca antes Brigitte había recibido clases, inició sus estudios. En 2010 superó las pruebas equivalentes a la selectividad y de ahí, a la capital Cotonou, donde prosiguió con sus estudios. La apuesta de Anesvad por fortalecer sus capacidades y facilitar su integración en una vida social normalizada después de padecer la enfermedad ha dado sus frutos.
Una nueva oportunidad para Brigitte tras la úlcera de Buruli
Hoy Brigitte es técnica de laboratorio y trabaja en Zagnanado. “Me gustaría hacer por los demás, lo que Zagnanado ha hecho por mí”, asegura. Trabaja todos los días de la semana y libra los domingos. Ese día libre lo aprovecha para ver a su familia, sus padres y su hermana mayor que sigue en su poblado.
“Me siento afortunada de poder quedarme. Porque la Hermana Julia sigue aquí. Ella es la Directora, la cirujana que opera. No abandonaré mis estudios, quiero seguir aprendiendo pero es fundamental que trabaje, las personas atendidas en el centro nos necesitan”. “Gracias al centro, sané. Y gracias a que se ocuparon de mí he tenido una oportunidad. Por eso es tan importante para mí quedarme».
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