La oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África ha instado a los países africanos a que estén en alerta ante la posible segunda ola del coronavirus. Se dará un aumento de los casos de COVID-19 a medida que se acerca el fin de año.
La segunda ola de coronavirus en África
A mediados de noviembre, África superó los dos millones de casos de coronavirus. Una cifra que, aunque sea positiva en comparación con Europa o América, arrastra un contexto debilitado por la pandemia. Esto conlleva consecuencias directas en el desarrollo del muchos de sus países.
El virus llegó a África más tarde que a otros continentes, lo que dio cierto margen para que los sistemas de salud se preparasen y los gobiernos coordinasen medidas preventivas. Además, otros factores demográficos que disminuyen la incidencia del coronavirus y la experiencia previa en la gestión de enfermedades infecciosas mortales como el Ébola han sido valiosos de cara a frenar la propagación del virus.
Sistemas sanitarios débiles y datos insuficientes
Enfermar en África es diferente. África representa menos del 4% de los casos notificados en el mundo, lo que muchos expertos consideran un recuento insuficiente. Es probable que no se registren muchas infecciones por COVID-19 y las muertes relacionadas con ellas en África, ya que la tasa de test realizados es de las más bajas del mundo y muchas muertes no se registran debidamente.
A esto hay que añadir los retrasos, las interrupciones u otras desviaciones en la atención primaria. Muchos países africanos se ven obligados a redirigir unos recursos ya de por sí escasos a frenar la pandemia, pero otras amenazas ya existentes –malaria, sarampión y mortalidad infantil, VIH, malnutrición– persisten. De hecho, ya hay indicios de que la pandemia está revirtiendo muchos de los avances y progresos que hemos visto en la lucha contra estas enfermedades.
Las enfermeras como retén contra el virus
En este contexto, la solución pasa por limitar las muertes por coronavirus protegiendo a los trabajadores de la salud, especialmente a las enfermeras que están en primera línea.
Por ello, desde Anesvad hemos lanzado un reto: dotar a las enfermeras de África de más recursos para seguir combatiendo el coronavirus y garantizar una atención de calidad. Con tu aportación conseguiremos proteger a quienes más velan por la salud en los contextos empobrecidos donde trabajamos.