Agua que sana

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«No more river water, sir»
Iniciamos el día en Ellembelle, junto a Cletus y el resto del equipo de Advocate for Youth, visitando un primer centro educativo: Esiama Methodist J.H.S.
Nuestra intención es comprobar las mejoras que han hecho a nivel de acceso a infraestructuras mejoradas de higiene y saneamiento, en el marco del proyecto que ha recibido el apoyo de Fundación Anesvad.
Allí, nos encontramos con su director, Stephen A. Adjahoe visiblemente inquieto. Nos indica que han empezado a levantar una explotación de minería tradicional de oro, conocido como Galamsey, justo a las puertas del colegio hace apenas unos días. Por ahora vemos maquinaria para desbrozar.
El ruido de las máquinas que talan lo que antes era un pequeño bosque a las afueras de la comunidad, se queda ensordecido por la lluvia que cae torrencial en ese momento. Toda la juventud estudiante se refugia en la única aula de la escuela; a donde nos encaminamos. Lo primero que nos dice un primer grupo de niños al llegar es que han aprendido que no se puede utilizar ya el agua del regato cercano a su comunidad, afluente a su vez del gran río Ankobra. Decidimos repartir papel y rotuladores y les pedimos que nos dibujen qué es lo primero que harían si volvieran a tener agua limpia accesible en su comunidad.
Algunos mencionan cosas tan básicas como poder sacar de nuevo agua directamente del pozo, otros poder bañarse de nuevo en el río. Mientras, nos explican que en sus hogares se compran bolsas de agua purificada, para todo: beber, cocinar, asearse… Otros dicen que en sus casas no pueden y que en época de lluvias, recogen agua para cocinar y asearse. El acceso al agua limpia se ha vuelto un bien escurridizo; como el fango tóxico que ha contaminado los cauces de agua naturales de gran parte de Ghana. Escurridizas son, también, algunas de las consecuencias que puede acarrear la falta de agua limpia, como por ejemplo el aumento del riesgo de contagio de varias ETD de la Piel, como la Filariasis Linfática o el Pian.
Allí, nos encontramos con su director, Stephen A. Adjahoe visiblemente inquieto. Nos indica que han empezado a levantar una explotación de minería tradicional de oro, conocido como Galamsey, justo a las puertas del colegio hace apenas unos días. Por ahora vemos maquinaria para desbrozar.
El ruido de las máquinas que talan lo que antes era un pequeño bosque a las afueras de la comunidad, se queda ensordecido por la lluvia que cae torrencial en ese momento. Toda la juventud estudiante se refugia en la única aula de la escuela; a donde nos encaminamos. Lo primero que nos dice un primer grupo de niños al llegar es que han aprendido que no se puede utilizar ya el agua del regato cercano a su comunidad, afluente a su vez del gran río Ankobra. Decidimos repartir papel y rotuladores y les pedimos que nos dibujen qué es lo primero que harían si volvieran a tener agua limpia accesible en su comunidad.
Algunos mencionan cosas tan básicas como poder sacar de nuevo agua directamente del pozo, otros poder bañarse de nuevo en el río. Mientras, nos explican que en sus hogares se compran bolsas de agua purificada, para todo: beber, cocinar, asearse… Otros dicen que en sus casas no pueden y que en época de lluvias, recogen agua para cocinar y asearse. El acceso al agua limpia se ha vuelto un bien escurridizo; como el fango tóxico que ha contaminado los cauces de agua naturales de gran parte de Ghana. Escurridizas son, también, algunas de las consecuencias que puede acarrear la falta de agua limpia, como por ejemplo el aumento del riesgo de contagio de varias ETD de la Piel, como la Filariasis Linfática o el Pian.



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“Quisiera ser maga para limpiar todos los ríos con mi magia, pero como no tengo, quiero estudiar para hacerlo con ciencia”
Mientras lo dice, Mary Donkor parece que ya está pensando en otra cosa que me quiere contar a continuación.
Apenas al terminar la frase, añade: “porque ahora mismo, no podemos sacar ni siquiera agua de los pozos, esa también sabe oxidada”. Estamos en la Kanokware Junior High School (JHS) y allí ni siquiera el maltrecho techo sirve de refugio contra la lluvia. El agua se cuela por todas partes. La profesora, Jemina Sam ha tenido que cancelar las clases. Tan sólo queda un pequeño grupo de jóvenes que, según nos cuenta Joseph, deben quedarse en la escuela el resto del día; sus padres trabajan en el Galamsey.
Aquí si han oído las consecuencias de la falta de agua limpia en sus vidas. Los casos de Pian han empezado a aparecer al mismo tiempo que no podían seguir usando el agua de la única fuente. “Ahora es mejor el agua que cae del cielo y se escurre por este tejado, que la del rio”, continúa Joseph.
De la fuente, ni hablar, está candada para que nadie más pueda usarla. Según nos cuenta Cletus, de la organización Advocate for Youth, los metales pesados que se usan para decantar el oro, ya se han filtrado hasta el reservorio de agua a donde llega la fuente.
Aquí si han oído las consecuencias de la falta de agua limpia en sus vidas. Los casos de Pian han empezado a aparecer al mismo tiempo que no podían seguir usando el agua de la única fuente. “Ahora es mejor el agua que cae del cielo y se escurre por este tejado, que la del rio”, continúa Joseph.
De la fuente, ni hablar, está candada para que nadie más pueda usarla. Según nos cuenta Cletus, de la organización Advocate for Youth, los metales pesados que se usan para decantar el oro, ya se han filtrado hasta el reservorio de agua a donde llega la fuente.



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Ascendiendo el río Ankobra
Un paisaje desolado.
Al regresar a la noche al hotel, desde el maps podemos observar con claridad el causante de que este río, al igual que la mayoría de los de Ghana, tengan un nivel de turbidez hasta 6 veces más alto que el máximo recomendado por la OMS. Cientos, quizá miles de explotaciones mineras del tipo Galamsey, se abren paso a lo largo de su cauce, tomando el agua del río para mezclarla con cadmio y mercurio y lanzarla a presión contra la tierra pelada -para decantar el oro; devolviéndola a su cauce llena de lodo y minerales pesados.
Al día siguiente, dejamos atrás Ellembelle y nos dirigimos a Aowin, rio arriba, para encontrarnos con la organización Recfam. Alfred, su director, nos adelante por teléfono que Aowin ha sido declarada zona endémica de pian gracias al trabajo que han realizado, identificando miles de casos sospechosos y derivándolos al único hospital de todo el distrito.
De camino, el paisaje se vuelve cada vez más desolador. Los oficios que solemos ver habitualmente, desde agricultura o construcción a pequeño comercio local, van desapareciendo. Los sustituyen grandes socavones embarrados que, una vez terminada la actividad minera, quedan ahí, como una cicatriz inmensa que nunca cura y va desangrando a las comunidades. Es la fiebre del oro. Con el tiempo, se vuelven estercoleros improvisados, lo que contribuye a la proliferación de mosquitos, como los que transmiten la Filariasis Linfática.
Al día siguiente, dejamos atrás Ellembelle y nos dirigimos a Aowin, rio arriba, para encontrarnos con la organización Recfam. Alfred, su director, nos adelante por teléfono que Aowin ha sido declarada zona endémica de pian gracias al trabajo que han realizado, identificando miles de casos sospechosos y derivándolos al único hospital de todo el distrito.
De camino, el paisaje se vuelve cada vez más desolador. Los oficios que solemos ver habitualmente, desde agricultura o construcción a pequeño comercio local, van desapareciendo. Los sustituyen grandes socavones embarrados que, una vez terminada la actividad minera, quedan ahí, como una cicatriz inmensa que nunca cura y va desangrando a las comunidades. Es la fiebre del oro. Con el tiempo, se vuelven estercoleros improvisados, lo que contribuye a la proliferación de mosquitos, como los que transmiten la Filariasis Linfática.




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«El horror»
Completamos nuestro particular viaje al “Corazón de las Tinieblas” llegando a Aowin.
Ya desde el inicio de este distrito, se puede percibir que todo está orientado al Galamsey. En Enchi, cabeza del distrito, los únicos hospedajes y restaurantes están orientados a los trabajadores de las minas. Allí gastan parte de su jornal en comida y bebida. Hay casas de cambio de oro por doquier. Mientras, en los arrabales de esta industria boyante, el resto del mundo intenta sobrevivir en un territorio que parece más el escenario de una guerra de trincheras en época lluviosa, que una comunidad sana.
Pero no todo son malas noticias, Alfred y su equipo llevan años intentando amortiguar el impacto negativo de esta fiebre del oro. Primero, visitamos un centro de salud en Nyanney Camp, donde Jessusita es la única matrona formada en atención a infancia que padece Pian de todo el distrito, le asisten dos jóvenes ayudantes. Recibió la formación gracias al apoyo de Recfam.
El pequeño centro de salud es un trajín continuo de familias que vienen a recibir curas y tratamiento para sus hijos e hijas. No sólo Pian, en el breve lapso de tiempo que estamos allí, también vienen pacientes de Filariasis Linfática y úlcera de Buruli.
Aunque no se puede establecer una relación causa-efecto, la falta de higiene, la proliferación de mosquitos debido a las aguas estancadas, y el hecho de remover reservorios de bacterias debido a la tala de bosques enteros para el Galamsey, son factores que varios expertos coinciden en que aumenta el riesgo de contagio.
Pero no todo son malas noticias, Alfred y su equipo llevan años intentando amortiguar el impacto negativo de esta fiebre del oro. Primero, visitamos un centro de salud en Nyanney Camp, donde Jessusita es la única matrona formada en atención a infancia que padece Pian de todo el distrito, le asisten dos jóvenes ayudantes. Recibió la formación gracias al apoyo de Recfam.
El pequeño centro de salud es un trajín continuo de familias que vienen a recibir curas y tratamiento para sus hijos e hijas. No sólo Pian, en el breve lapso de tiempo que estamos allí, también vienen pacientes de Filariasis Linfática y úlcera de Buruli.
Aunque no se puede establecer una relación causa-efecto, la falta de higiene, la proliferación de mosquitos debido a las aguas estancadas, y el hecho de remover reservorios de bacterias debido a la tala de bosques enteros para el Galamsey, son factores que varios expertos coinciden en que aumenta el riesgo de contagio.



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La esperanza
Apoyo global por un bien comunitario.
Dejamos atrás el centro de salud y Alfred nos cuenta que están apoyando no sólo la construcción de nuevos pozos, sino el microemprendimiento comunitario, como alternativa para una vida digna. Lo hacen con familias que han padecido alguna ETD de la piel. Nos dirigimos primero a Kutin Village para conocer a la familia Kofi Yorg, que tras sufrr ambos Filariasis Linfática, han recibido cirugía que les permite llevar una mejor calidad de vida. También han recibido apoyo para abrir una pequeña tienda de comestibles. En Kutin Village también han construido varias infraestructuras WASH, desde aseos hasta un pozo nuevo al lado de la escuela.
Para cerrar el día, vamos a otra escuela, en el camino de regreso a Enchi. Se llama Takyman AMA Basic School y durante el trayecto nos cuenta que el problema que tenían era precisamente el mismo que habíamos encontrado en la escuela de Kwanokware, Ellembelle: las aguas contaminadas se habían filtrado hasta el pozo y que no se podía usar. En lugar de hacer un nuevo pozo, han implementado una estrategia mucho más innovadora: extraer agua atmosférica. No es la magia de la que hablaba Mary Donkor, pero lo parece: filtra el aire, extrae el agua pura y la almacena para consumo humano. A Alfred y su equipo se les iluminaba la cara al decirnos que “siempre hay esperanza”.
Para cerrar el día, vamos a otra escuela, en el camino de regreso a Enchi. Se llama Takyman AMA Basic School y durante el trayecto nos cuenta que el problema que tenían era precisamente el mismo que habíamos encontrado en la escuela de Kwanokware, Ellembelle: las aguas contaminadas se habían filtrado hasta el pozo y que no se podía usar. En lugar de hacer un nuevo pozo, han implementado una estrategia mucho más innovadora: extraer agua atmosférica. No es la magia de la que hablaba Mary Donkor, pero lo parece: filtra el aire, extrae el agua pura y la almacena para consumo humano. A Alfred y su equipo se les iluminaba la cara al decirnos que “siempre hay esperanza”.




Nana Konama
Coordinadora Nacional del Programa Nacional de control de la úlcera de Buruli y erradicación del Pian en Ghana.
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