Las sequías, las enfermedades infecciosas y el hambre se agravan en África debido a los efectos del cambio climático en el continente.
«Los que más contaminan deben pagar más para sacar a nuestro planeta de este camino de crisis climática». Estas son las palabras de Macky Sall, jefe de Estado de Senegal y presidente de turno de la Unión Africana (UA) en su intervención de hoy en la COP27. Palabras contundentes que reflejan una realidad: África es el continente que menos gases de efecto invernadero produce, alrededor de un 3% del total. Pero la crisis climática no entiende de fronteras. En África, el cambio climático ya está agravando la malnutrición, la transmisión de enfermedades y forzando desplazamientos a gran escala.
La COP27 es la quinta Conferencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Se organiza en África desde su creación en 1995. Ya en el Acuerdo de París de 2015 se planteó la necesidad de que los países en desarrollo recibieran financiación para hacerle frente a los estragos de la crisis climática. Lamentablemente este apoyo aún no se ha materializado.
En África se agravan las sequías, hambrunas y enfermedades a causa de la crisis climática
Es paradójico que la COP27 se celebre una vez más en África y los compromisos para con el continente no se hayan cumplido. Según una editorial publicada por The Lancet, África ha sufrido de forma desproporcionada la crisis climática, aunque ha hecho poco por provocarla. Los riesgos relacionados con el cambio climático en el continente incluyen inundaciones, sequías, olas de calor, reducción de la producción de alimentos y de la productividad laboral. Según la editorial, avalada por más de 250 publicaciones médicas (50 de ellas africanas), las consecuencias del cambio climático son alarmantes:
- En África subsahariana las sequías se triplicaron entre 1970-79 y 2010-19.
- En 2018, los devastadores ciclones afectaron a entre 2 y 2 millones de personas en Malawi, Mozambique y Zimbabue.
- En África occidental y central, las graves inundaciones provocaron mortalidad y migraciones forzadas por la pérdida de refugios, tierras de cultivo y ganado.
- Los cambios en la ecología de los vectores provocados por las inundaciones y los daños en la higiene ambiental han provocado un aumento de las enfermedades en toda el África subsahariana. Sube la incidencia de la malaria, el dengue, la fiebre de Lassa, la fiebre del Valle del Rift, la enfermedad de Lyme, la enfermedad del virus del Ébola, el virus del Nilo Occidental y otras infecciones.
- El aumento del nivel del mar reduce la calidad del agua. Esto provoca enfermedades transmitidas por el agua, incluidas las enfermedades diarreicas, una de las principales causas de mortalidad en África.
- Las condiciones meteorológicas extremas dañan el agua y el suministro de alimentos. Como consecuencia, aumenta la inseguridad alimentaria y la malnutrición, que causa entre 1 y 7 millones de muertes al año en África.
- Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la malnutrición ha aumentado casi un 50% desde 2012. Esto se debe al papel central que tiene la agricultura en las economías africanas.
- En total, se calcula que la crisis climática ha destruido una quinta parte del producto interior bruto de los países más vulnerables a las crisis climáticas.
Justicia climática para África
El impacto de la actividad humana en el medioambiente está empeorando así la salud y el bienestar de millones de personas. Y la justicia climática para África todavía no llega. La salud del planeta empieza por la salud de las personas que viven en él. Ya no hay tiempo de excusas ni demoras. Este año tenemos la oportunidad de amplificar las voces de quienes más sufren el cambio climático. Tenemos la oportunidad de dar voz a miles de personas olvidadas africanas y exigir justicia. Social y climática.
Las naciones ricas deben intensificar su apoyo a África y a los países vulnerables para hacer frente a los impactos pasados, presentes y futuros del cambio climático.