El agua es nuestro recurso más valioso. Vivimos en un contexto marcado por la creciente presión sobre los recursos de agua dulce. Además de la necesidad de alimentos, la rápida urbanización y el cambio climático. Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha querido este año atraer la atención hacia los beneficios de la cooperación en la gestión del agua.
El agua, recurso vital para los seres humanos, es un bien único. Es también un recurso que no conoce fronteras. El potencial de cooperación es inmenso y sus beneficios, ya sean económicos, sociales o medioambientales, son considerables. La cooperación en la esfera del agua es crucial. No sólo para garantizar una distribución equitativa de este recurso fundamental, sino también para promover las relaciones pacíficas dentro y entre las diferentes poblaciones.
Los recursos hídricos tienen un papel clave en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En especial, el Objetivo número 7 sobre Sostenibilidad Ambiental incluye entre sus metas reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable y saneamiento básico.
Sin embargo, en 2015 acaba el plazo de los ODM, y finalizará tanto el Decenio Internacional para la Acción “El agua fuente de vida” 2005-2015 como el Quinquenio sobre saneamiento sostenible. Actualmente las agendas internacionales están abriendo distintos procesos de consultas para revisar y marcar los próximos pasos. Lo que todos/as esperamos es que el derecho humano al agua y al saneamiento sigan cobrando una especial importancia.