El medioambiente es tan fundamental para el ciclo del agua como el ciclo del agua lo es para el medioambiente. De su armonía depende nuestra supervivencia en el planeta.
“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”: la frase de Leonardo Da Vinci es inapelable; la vida en la tierra no puede concebirse sin el líquido que nos da la vida. Combina bien con esa otra: “No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo”. Este proverbio inglés nos invita a reflexionar sobre el ahorro y cuidado del agua; hoy —cuando lamentablemente recibimos señales preocupantes del cambio climático y sus consecuencias— más que nunca.
De acuerdo a otra analogía, recordamos que, según la Organización Mundial de la Salud, una persona necesita 50 litros de agua al díapara cubrir todas sus necesidades de consumo, higiene y demás usos del hogar… y que, según la ONU, casi dos mil millones de personas tienen un acceso restringido al agua, y muchas veces la que está a su alcance no es potable. El incremento de la población mundial —que se espera alcance los 9.300 millones en 2050— hace tan difícil como necesario pensar en mejores cifras para el futuro inmediato.
La relación del medio ambiente y el agua
Nuestro crecimiento como especie contrasta con la tendencia del agua a desaparecer, o al menos a ser cada vez más esquiva a nuestras necesidades. La escasez, la contaminación y el mal uso de los recursos hídricos son grandes amenazas para la salud humana y para los hábitats del planeta. El medioambiente es tan fundamental para el ciclo del agua como podría decirse que el ciclo del agua lo es para el medioambiente. El problema es que en este último caso, el agua vuelve al medioambiente con las impurezas que producimos los seres humanos.
La humanidad reacciona frente al desabastecimiento y la contaminación, procurando —en unos casos mejor que en otros— soluciones para estas problemáticas, aprendiendo sobre la marcha y contra reloj cómo gestionar adecuadamente los recursos: cómo protegerlos y protegernos. Todo lo que puede hacerse debe hacerse: los más serios pronósticos avisan de que dos tercios de la población mundial podrían sufrir escasez de agua dulce para 2025. África Subsahariana está entre las zonas más vulnerables.
Africa: cómo ahorrar agua cuando ni siquiera tienes acceso a ella
El agua potable es esencial, pero escaso en el continente africano, donde casi 250 millones de personas tienen acceso restringido a este recurso.
Cerrar el agua del grifo cuando no se usa, no poner lavadoras a medias, optar por la ducha antes que por el baño… ya conoces estas medidas; incluso seguro que las adoptas en tu día a día. Pero en buena parte del mundo están lejos, muy lejos de su posible aplicación. Nada menos que 2.000 millones de personas —una cuarta parte de la humanidad— son ajenos a estos hábitos por no disponer del agua suficiente. De estos, casi 500 millones carecen de agua potable. Y de estos 500 millones, cerca de 250 viven en África.
Causas de la escasez de agua en África.
La condición de región semiárida convierte al continente africano en especialmente vulnerable. El cambio climático, el rápido crecimiento demográfico, la inestabilidad política y la violencia social no favorecen, desde luego, el desarrollo de infraestructuras hídricas que satisfagan las necesidades de todos. Mientras que el norte de África tiene una cobertura de agua segura del 92 %, en África subsahariana se mantiene por debajo del 60% de cobertura, dejando al 40 % de los 783 millones de personas en esa región sin acceso a agua potable limpia. Es cierto que la región subsahariana cuenta con un suministro abundante de agua de lluvia, pero esta es estacional y se distribuye de manera desigual, lo que es causa de inundaciones y sequías frecuentes.
Con todo, el subsuelo africano atesora inmensas reservas; se calcula que bajo tierra hay cerca de 500.000 kilómetros cúbicos de agua repartida en hasta 38 acuíferos, cien veces más que sus reservas en la superficie. De ahí que lo más eficaz sea la construcción de pozos, toda vez que estos suelen ser escasos y lejanos; de ahí la clásica imagen de personas —dados los roles tradicionales del género, habitualmente son mujeres— cargando sobre la cabeza o de ambos brazos pesados recipientes de agua. Por otro lado, también los acuíferos se agotan.
Soluciones para el ahorro de agua en África
¿Qué hacer para ahorrar agua en estas condiciones? La Comisión Económica de las Naciones Unidas para África pone el foco en la necesidad de invertir en el desarrollo de los recursos hídricos potenciales de África para reducir el sufrimiento innecesario, garantizar la seguridad alimentaria y proteger las ganancias económicas mediante la gestión eficaz de sequías, inundaciones y la desertificación. Esto pasa por trabajar las infraestructuras y mejorar los pozos, implementar sistemas de captación de agua de lluvia y crear tanques de almacenamiento de agua limpia.
Otras soluciones básicas, pozos aparte, pasan por la instalación de sistemas de captación de lluvia, pastillas potabilizadoras y antiparasitarias, así como bombas manuales. Huelga señalar que, en paralelo, se impone el desarrollo de estrategias de higiene y limpieza de las aguas residuales, pues a menudo la falta de agua de uso humano va pareja a problemas mal resueltos justamente con relación a las aguas sucias o contaminadas. De ahí tantas enfermedades: de ahí buena parte de las Enfermedades Tropicales Desatendidas.
El agua es la fuerza motriz, pero los pozos se secan, como decíamos más arriba. Desde 1993, cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. En torno a esta oportunidad nos unimos en favor del agua y aceleramos los avances en este ámbito. Este 2023 la onomástica ha coincidido con el arranque de la Conferencia de la ONU sobre el agua, que ha girado en torno a la búsqueda de soluciones a la crisis actual de este elemento y del saneamiento. Hablemos cuanto antes de la gran fuerza motriz y de cómo cuidarla: no esperemos a que el pozo se seque para apreciar su valor.
