Al igual que en tantos países del continente africano, en Togo la población está creciendo y se espera que la demanda de energía casi se haya duplicado en 2040. Ante ese reto, el país acelera su transición energética y asume programas de electrificación sostenible.
Si tu territorio recibe sol a raudales, aprovecharlo es obligado. Desde hace unos años Togo sigue esta máxima y se ocupa a conciencia del desarrollo de esta energía renovable. Resulta clave, dado que el acceso a la electricidad en el país es muy limitado, aunque que vaya aumentando (en 2000 era del 17%; en 2016 era del 35%). Además existen muchas diferencias entre las zonas urbanas (87%) y las rurales (7%). Por todo ello, Togo dispuso hace unos años la asignación de 1.500 millones de dólares para llevar la cobertura de electricidad al 100% de su territorio de cara a 2030.
En 2019, el gobierno del país emprendió una estrategia para facilitar la instalación de paquetes solares en hogares en situación desfavorecida. La iniciativa se materializó a través de un cheque solar (el “CIZO”), destinado a facilitar que los hogares —sobre todo en las zonas rurales, donde la energía básica es el queroseno— se beneficien de la energía solar. Esto tiene una gran importancia en un país donde más de la mitad de las familias rurales afirman no poder pagar más de 1.000 CFA (1,5€) al mes por la electricidad.
A través del CIZO, los usuarios —10.000 hogares en su primera fase— recibieron una asignación mensual de 2000 CFA (30€) durante tres años. Esto les ha permitido cubrir casi un 40% del consumo básico. Se trata del primer subsidio de un gobierno a pagos de energía solar en todo África. Otra iniciativa de importancia es la disposición del gobierno a colaborar con inversores privados para la construcción de 300 pequeñas centrales solares y distribuir paquetes solares a unos 500.000 hogares.
El panorama energético actual en Togo
En febrero de 2020 Togo instaló la central de energía solar fotovoltaica más grande de África Occidental. Financiada inicialmente por el Fondo para el Desarrollo de Abu Dhabi (ADFD) y la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), cuenta con una potencia de 50 Mw que proporciona electricidad a casi 160.000 hogares y pequeñas empresas del país.
La central, bautizada Mohamed Bin Zayed, se ubica en la región central del país, en la ciudad de Blitta. Resulta notable que la central pudo terminarse y activarse a tiempo en los primeros días de parálisis mundial a causa de la COVID-19. Se espera que el proyecto contribuya a aumentar el porcentaje de energías renovables para la electrificación en un 50% en 2025 y al 100% en 2030. Y que por el camino cree más de 800 empleos.
Como ha afirmado el Ministerio de Educación, el proyecto ha mejorado significativamente el rendimiento académico y la tasa de escolarización de los niños de Blitta. La salud también ha mejorado dada la mejora del acceso y la calidad de la atención médica para los habitantes de la zona. También ha supuesto un aumento de atracción industrial en la zona, ya que la planta solar se muestra como una fuente fiable de energía estable de cara a empresas y fabricantes.
El auge de la energía solar y su impacto en la comunidad
Más recientemente, en abril de 2023, se inauguró en la localidad de Kadjanga un proyecto rural de 50.000 farolas solares. Es parte del Proyecto de Alumbrado Público Solar en Zonas Rurales (PEP Rural), que pretende llevar la iluminación a zonas remotas y no electrificadas, respondiendo así a los retos de desarrollo social y económico de estas zonas. “Ninguna zona habitable permanecerá a oscuras”, prometió en la inauguración de las instalaciones el Presidente Faure Gnassingbé, apelando a que hasta un millón de togoleses —de una población total de unos 8,6 millones— se encuentran alejados de la red eléctrica.
El proyecto, financiado por el Tesoro francés y parte del Programa Nacional de Desarrollo de Togo, se marca el objetivo de proporcionar acceso universal a la electricidad para 2030, y se basa en tres puntos: la innovación de sus farolas inteligentes, el compromiso local y sostenible que confía todos los servicios de instalación a empresas togolesas (creando así centenares de empleos directos o indirectos) y el mantenimiento.