En el pasado hablar de ONG y empresas era hacerlo de dos entidades muy diferenciadas que casi podían verse como antagonistas. Polos opuestos donde muchas ONG tenían una posición crítica contra la actividad de las empresas. Sin embargo, el tiempo y el tender puentes entre las partes ha llevado a que las posiciones se acerquen, impere el beneficio de la colaboración e incluso surjan figuras como las empresas sociales.
Son muchos los desafíos sociales y medioambientales que enfrentamos en la actualidad y tanto las ONG como las empresas juegan un rol fundamental en ellos. Ambas deben sumar fuerzas para conseguir resultados en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas.
En este artículo queremos acercarte cómo, aunque ONG y empresas sigan sin ser lo mismo y sigan teniendo muchas diferencias, son varias las opciones de sinergía entre ellas.
Diferencias y similitudes entre ONG y empresas
Recientemente, se aprobó en el Congreso de los Diputados de España la figura jurídica de “Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC)” para reconocer a las empresas con propósito. Cada vez son más las compañías con el objetivo de vincular el retorno económico y la consecución de beneficios sociales.
Evidentemente, esto no iguala la acción de una empresa a la de una ONG, ya que siempre existirá la gran diferencia del ánimo de lucro. Además, las prioridades entre ONG y empresas son diferentes, así como sus stakeholders.
Sin embargo, podemos encontrar similitudes en su cultura organizacional. En la actualidad, ambos sectores conceden una amplia importancia a retos como la igualdad de género, la salud, los desafíos medioambientales o el desarrollo social. Objetivos que, en ambos casos, necesitan ser medidos. Si no hay una referencia tangible de lo que se está realizando es mucho más difícil conocer y, sobre todo, comunicar el resultado de los diferentes proyectos.
ONG y empresas también se parecen en su necesidad de contar con un buen liderazgo así como una adecuada estructura organizacional. Sin una persona que sepa liderar, tenga claros los objetivos y sepa inculcarlos en todos los trabajadores y trabajadoras de la organización es más difícil que los resultados lleguen.
Las razones para cooperar
Si las similitudes entre ONG y empresas existen, ¿por qué motivos no debería existir su cooperación? La suma de fuerzas siempre ayuda. Imagemos, por ejemplo, a una persona en Benín que sufre discriminación por tener una enfermedad tropical desatendida y cuyas secuelas le provocan discapacidad. En su caso, poco importará si la ayuda que recibe procede de una ONG o de una empresa o de una acción conjunta entre ambas. El resultado de la cooperación será lo importante y lo que puede contribuir a mejorar la vida de muchas personas en el mundo.
Eso sí, la colaboración debe ir acompañada de una confluencia de valores. En el caso de una ONG es imposible imaginar que pueda aceptar colaborar con una empresa que no tenga una buena política de responsabilidad social corporativa o que realice acciones ilícitas en los lugares donde realiza su acción.
Con ese punto de partida, las razones más habituales que tiene una ONG para querer cooperar con una empresa son: la obtención de financiación, la opción de desarrollar productos y acciones de forma conjunta así como el intercambio de experiencias y conocimientos.
Por la parte de las empresas, el motivo más importante suele ser que la unión les permita aportar valor social en el lugar geográfico donde se quiere actuar. Con este objetivo, lo habitual es que la empresa busque cooperar con aquella ONG que mejor se adapte a su propósito.
Otros motivos para que una empresa apueste por la cooperación con una ONG son: involucrarse con la comunidad donde se actúa, colaborar en proyectos de voluntariado corporativo y obtener reputación.
¿Y cómo se realiza esa cooperación?
La suma de ONG y empresas puede multiplicar los efectos de sus acciones pero, ¿cómo se materializa esta colaboración? Estas son algunas de las opciones:
- Suma de esfuerzos: Es la opción más común y consiste en la suma de esfuerzos, de recursos o personas para el desarrollo de diferentes proyectos. Esta unión incrementa el posible impacto que se puede conseguir, sobre todo si se mantiene en el tiempo.
- Competencias complementarias: En este caso la empresa y la ONG tienen competencias complementarias y esto permite un mayor alcance de la acción social y la generación de cadenas híbridas de valor.
- Generar innovación social: El objetivo de esta unión es desarrollar nuevos productos o proyectos que sirvan para mejorar o solucionar algún problema social.
Estas son solo algunas fórmulas y, en cualquier caso, sea cual sea la opción elegida para sumar fuerzas lo fundamental es conseguir promover cambios locales y globales.
El concepto de empresas sociales
El recorrido por las ONG y empresas no podía finalizar sin una parada en el concepto de “empresas sociales” que se puede considerar como una opción intermedia. Una empresa social es aquella que quiere aunar la consecución de un impacto positivo a nivel medioambiental y social con la máxima rentabilidad como negocio.
Se trata de una empresa consciente de sus responsabilidades, de su capacidad de servir como un modelo y de respetar su entorno pero que no olvida su deseo de incrementar sus beneficios. Este ánimo de lucro vuelve a ser la principal diferencia con la actividad que realiza una ONG ya que tal y como apunta la Organización de Naciones Unidas: “una ONG es una agrupación de ciudadanos voluntarios, sin ánimo de lucro, que se organizan en un nivel local, nacional o internacional para abordar cuestiones de bienestar público”.
En este recorrido por ONG y empresas hemos visto que en los últimos años su acción ha adoptado varios nexos de alianza. Aunque sus diferencias siguen siendo manifiestas su conjunción puede reportar numerosos beneficios a la sociedad. Conscientes de ello, Fundación Anesvad ofrece la posibilidad a aquellas empresas solidarias y comprometidas con el mundo de hacer su donativo y contribuir a causas como llevar la sanidad a las personas más olvidadas del planeta.