Los Derechos Humanos son los derechos que tenemos las personas solo por el hecho de existir. Toda forma de gobierno tiene la obligación de ser su garante. Nunca olvidemos los principios que los rigen.
Venir al mundo nos otorga una serie de derechos. Sin distinción alguna de raza, sexo, etnia, religión, nacionalidad o cualquier otro rasgo, nada ni nadie debería impedir, relativizar, discriminar o socavar en modo alguno su cumplimiento.
Características de los Derechos Humanos
Son fundamentales; dan valor a nuestra existencia. Ejemplo de lo uno, el derecho a la vida y la libertad. Ejemplo de lo otro, los derechos a la alimentación, a la educación, al trabajo, a la salud y a la libertad.
Son inalienables. Ninguna persona debería, sea cual sea la circunstancia, ser privada de ellos. Y no deben suprimirse, a excepción de determinadas situaciones y bajo las debidas garantías procesales (caso, por ejemplo, de la restricción del derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que una persona es culpable de haber cometido un delito).
No son solo derechos: también son obligaciones. Los Estados asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de respetarlos y protegerlos. En función de esto, los Estados deben abstenerse de interferir en su disfrute o limitación. También en el plano individual estamos obligados a respetarlos y hacerlos respetar.
Son iguales y no discriminatorios. La no discriminación es un principio transversal en el derecho internacional de Derechos Humanos. Prohíben toda forma de segregación o exclusión sobre la base de una lista no exhaustiva de categorías tales como sexo, raza, color…
¿Cuáles son los 4 Principios de los Derechos Humanos?
Su aplicación está regida por cuatro principios inquebrantables:
Universalidad
Todas las personas son titulares de todos los Derechos Humanos. Dicho principio se encuentra estrechamente relacionado a la igualdad y no discriminación. No obstante, para lograr la igualdad real se debe atender a las circunstancias o necesidades específicas de las personas.
Interdependencia
Los Derechos Humanos se encuentran ligados unos a otros, de tal manera que el reconocimiento de uno de ellos, así como su ejercicio, implica necesariamente que se respeten y protejan múltiples derechos que se encuentran vinculados.
Indivisibilidad
Los Derechos Humanos no pueden ser fragmentados, sea cual fuere su naturaleza. Cada uno de ellos conforma una totalidad, de tal forma que se deben reconocer, proteger y garantizar de forma integral por todas las autoridades.
Progresividad
Constituye una obligación del Estado para asegurar el progreso en el desarrollo constructivo de los Derechos Humanos, al mismo tiempo, implica una prohibición para el Estado respecto a cualquier retroceso de los derechos. El Estado debe proveer las condiciones óptimas de disfrute de los derechos y no disminuir ese nivel logrado.
