Variante ómicron COVID-19: la irresponsabilidad de dejar atrás a África

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La irrupción de la variante ómicron del Covid-19 evidencia que, si la inmunidad no llega para todo el mundo, seguirá habiendo pandemia. África apenas supera el 10% de su población vacunada.

Irresponsabilidad. Es el término más apropiado para describir la situación actual que vivimos con la pandemia de la COVID-19. Si bien innumerables organismos, gobiernos, ONG, … venimos alertando de la necesidad de conseguir una inmunidad global, la COVID-19 se extiende en los contextos más empobrecidos ante la falta de vacunas. Esto está generando nuevas variantes del virus, como la ómicron, que siguen expandiéndose y amenazando la salud global.

Y es que, en África, apenas el 10% de la población del continente está inmunizada contra el coronavirus. En nuestros países de intervención, donde hemos seguido de cerca la evolución de la pandemia, la cifras son aún más bajas. En Benín, por ejemplo, menos de un 3% de la población ha recibido la pauta completa.

¿Por qué ha aparecido la variante ómicron?

Durante este último año y medio, la pandemia ha echado por tierra el avance contra la pobreza de las últimas dos décadas; ha hundido sociedades, economías y el bienestar de millones de personas.

Aunque en los países enriquecidos hemos superado el umbral de la inmunidad de rebaño, el virus sigue mutando en aquellos lugares donde la gente no está protegida. En la Unión Europea, aún con el 70% de la gente vacunada, nos seguimos aferrando a detectar, cercar y aislar nuevas cepas del virus con más vacunas, más restricciones y acopio de suministros médicos.

Pero esto no sirve de nada cuando en los países empobrecidos las tasas de inmunidad son insignificantemente bajas y no hacemos un esfuerzo por revertir esta situación. La portavoz de la Alianza Africana para la Entrega de Vacunas, Ayoade Olatunbosun-Alakija, es contundente: “la aparición de esta variante era inevitable. Se debe a la falta de vacunación por el acaparamiento de vacunas por parte de los países desarrollados«.

Los obstáculos por llevar vacunas a África subsahariana

Más allá de las pocas vacunas a las que muchos gobiernos africanos tienen acceso, otros factores políticos, sociales y económicos impiden avanzar en una inmunidad global:

La liberalización de patentes no llega. Si bien a través del fondo COVAX se han comprometido 2.000 millones de dosis para los países de renta baja y media, el problema se encuentra en que ningún país puede producir y distribuir sus vacunas libremente a causa de la propiedad intelectual de las farmacéuticas.

Falta de infraestructuras y recursos médicos. Muchas comunidades de contextos empobrecidos o que viven conflictos armados están desprovistas de carreteras, centros sanitarios capaces de almacenar las vacunas, o personal formado para inocularlas.

Fake news sobre el virus. A través de las redes, de líderes políticos y sociales, han proliferado las noticias falsas sobre el verdadero impacto de la COVID-19. Muchas personas creen que el virus no existe, que las medidas barrera son innecesarias, o que hay métodos alternativos para combatirlo.

Lo que es evidente es que no puede haber dos velocidades contra la COVID-19. Mientras sigamos mirando para otro lado, siendo insolidarios e irresponsables, más variantes aparecerán y más difícil será salir del atolladero en el que estamos sumidos. Defendamos una salud pública global que no deje a nadie en la estacada.

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Mikel Edeso
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