Conclusiones de la COP27: un avance a medias para África

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La COP27 finaliza con la ratificación del fondo de compensación para los países más afectados por la crisis climática. Aunque este avance es positivo, algunos países de África han manifestado su descontento por considerarlo insuficiente y sin una hoja de ruta clara.

La COP27 finalizó el pasado 20 de noviembre con compromisos descafeinados. Una ventana de oportunidad para la mitigación de los daños ocasionados por la crisis climática en los países de renta baja y media.

En el lado positivo de la balanza, la COP27 finaliza con un acuerdo sobre la puesta en marcha de un fondo de pérdidas y daños. El objetivo es compensar a los países más afectados por la emergencia climática. Aunque la concreción de este fondo está por definirse, supondrá una fuente de financiación crucial para que los países más empobrecidos puedan afrontar las consecuencias del cambio climático. Esta concreción es imprescindible ante el grave incumplimiento del acuerdo de 2009 que preveía 100.000 millones de dólares anuales para la adaptación en estos países.

No en vano, estos países a menudo son las víctimas de inundaciones, sequías, olas de calor, hambrunas y tormentas que empeoran el clima, a pesar de haber contribuido poco a la contaminación que calienta el planeta. Durante la conferencia también se han dado sendos reconocimientos del derecho a la salud y la apuesta ineludible por las energías renovables.

En el lado negativo de la balanza, en cambio, la crítica principal a la COP27 es su tibieza a la hora de abordar la causa fundamental de esos desastres: la quema de combustibles fósiles. Muchas naciones de África además critican que los países enriquecidos (y los que más contaminan) no están haciendo lo suficiente. Piden que reduzcan sus emisiones, mitiguen los efectos y compensen a los países empobrecidos por el daño causado.

COP27: África se queda a medias y espera una acción inmediata de financiación

Si bien se ha aprobado el fondo de pérdidas y daños, algunos países africanos manifestaron su «decepción» sobre el estado de las negociaciones en la COP27. Alegaron que «el mundo desarrollado», que “ha dejado sufrir a generaciones de africanos”, “tiene que hacer más”. Especialmente en financiación, adaptación y pérdidas y daños.

Así lo expresaron este martes en rueda de prensa varios representantes del grupo negociador de países del continente africano en la COP27. “El mundo desarrollado no está haciendo lo suficiente”, aseveró el ministro de Economía Verde de Zambia y presidente del Grupo de Negociadores Africanos, Collins Nzovu. «Necesitamos apoyo de los países desarrollados y lo necesitamos a escala”, insistió Nzovu. Pidió más acceso a la financiación para favorecer la adaptación en el continente y al mismo tiempo impulsar una «transición energética justa». Financiación que a su juicio no se está movilizando al ritmo que precisa el reto.

África sufre las consecuencias de algo que no ha provocado

Por su parte, el ministro de Medio Ambiente senegalés, Alioune Ndoye, alegó que, aunque la situación particular de África ha sido reconocida en las decisiones de multitud de cumbres del clima y también en los informes científicos, “se ha dejado sufrir a numerosas generaciones de africanos” las consecuencias de algo que no han provocado. “Apelamos a todas las partes a trabajar de manera constructiva para llegar a un acuerdo que permita realizar y evaluar los progresos respecto a las emisiones” agregó Ndoye, quien calificó de «desesperanzadores» los resultados de la COP27.

La adaptación es una cuestión de supervivencia para África. “El más mínimo retraso en la acción de adaptación a gran escala significa un revés para los avances en desarrollo que tanto nos ha costado lograr. Para la erradicación de la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo perdurable”, recalcaron los ministros. Ambos pidieron “una hoja de ruta clara” para establecer el mecanismo de pérdidas y daños. El continente, que “no ha recibido el apoyo multilateral necesario para hacer frente al desafío climático”, necesita ahora acceder a “mayores niveles subvenciones y financiación nueva para crear acuerdos con los que comenzar a reducir el riesgo y crear nuevos tipos de activos”, apostilló Ndoye.

El futuro del fondo de compensación, para la COP28

En las conversaciones del año que viene se seguirán negociando los detalles del nuevo fondo para pérdidas y daños. Se revisarán los esfuerzos del mundo por cumplir los objetivos del Acuerdo de París, que según los científicos están quedando fuera de su alcance. Según el acuerdo, el fondo se nutriría inicialmente de las contribuciones de los países desarrollados. Pero también de otras fuentes privadas y públicas, como las instituciones financieras internacionales.

Aunque las grandes economías emergentes, como China, no tendrían que contribuir automáticamente, esa opción sigue sobre la mesa. Se trata de una exigencia clave de la Unión Europea y Estados Unidos, que sostienen que China y otros grandes contaminadores clasificados actualmente como países en desarrollo tienen la capacidad financiera y la responsabilidad de pagar su parte.

El fondo se destinaría en gran medida a las naciones más vulnerables. Aunque habría espacio para que los países de renta media muy castigados por los desastres climáticos recibieran ayuda.

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Mikel Edeso
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