En contra de lo que muchos aún piensan, África es más democrática que dictatorial. Como en el resto del mundo, buena parte de sus gobiernos promueven la participación ciudadana y los Derechos Humanos.
Si fueran ciertos los mitos que tradicionalmente se asocian a África, el continente carecería de toda capacidad de organizarse políticamente y progresar por sí solo. Nada más lejos de la realidad: si bien es cierto que algunas de las 54 naciones africanas atraviesan restricciones de su libertad e incluso dictaduras, no faltan entre ellas gobiernos estables, libres y participativos.
Países más democráticos del continente africano
Entre estos últimos países destacan algunos que gozan de elecciones libres y justas, respeto a los derechos humanos, libertad de prensa y la fortaleza de las instituciones democráticas. Botswana, por ejemplo, ha mantenido elecciones libres y justas desde su independencia en 1966, y es conocida por su estabilidad política y su sistema multipartidista, así como una fuerte tradición de estado de derecho y buen gobierno.
Otro caso similar es el de Ghana, que desde el año 2000 ha realizado elecciones regulares y generalmente consideradas libres y justas, con transiciones de poder pacíficas entre diferentes partidos. También destaca Senegal, país conocido por su respeto a los derechos civiles. Igual que Suráfrica, que, como es sabido, ha debido superar un proceso tan traumático como el apartheid. Y su vecina Namibia.
Territorios insulares como Mauricio —“democracia completa” según The Economist— y Cabo Verde también son modélicos: celebran elecciones libres y justas, gozan de alta participación ciudadana, cuentan con instituciones sólidas, libertad de prensa y respeto a los Derechos Humanos.
Países africanos con estados dictatoriales
La cruz de la moneda son aquellos países con sistemas de gobierno autoritarios o dictatoriales que, en efecto, cumplen el mal tópico de la concentración de poder, la restricción de las libertades civiles y la restricción de los derechos políticos. En esta lista infame estarían países como Eritrea —gobernada con mano de hierro desde 1993 por el presidente Isaias Afwerki—, Guinea Ecuatorial —sin elecciones libres, corrupta y severamente reprimida por Teodoro Obiang desde 1976— o Sudán del Sur, cuyo presidente Salva Kiir es responsable de la precariedad social y la restricción de Derechos Humanos.
Completan la lista Chad (liderada durante más de 30 años por Idriss Déby, y desde su muerte en 2021,por su hijo Mahamat Déby), Zimbabue (a Robert Mugabe, gobernante por la fuerza entre 1980 y 2017, le siguió otro represor, Emmerson Emmerson Mnangagwa), Ruanda (con Paul Kagame al mando) y República Centroafricana (controlada por grupos armados y milicias).
Impacto del régimen de gobernanza en el IDH
El régimen de gobernanza en África tiene un impacto significativo en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y en el desarrollo global del continente. La calidad de un gobierno puede influir en diversos aspectos del desarrollo, desde la estabilidad política y económica hasta la calidad de los servicios públicos y el respeto a los Derechos Humanos.
Entre los impactos más importantes en el IDH hay que hablar de la calidad y acceso a la educación, la infraestructura sanitaria y la esperanza de vida, el crecimiento económico y la distribución de la riqueza, la estabilidad política y la paz. En el desarrollo global del continente, un gobierno sano tiene una repercusión positiva en la estabilidad política y en la paz de los países, en la mayor transparencia y mecanismos de rendición de cuentas vinculados a sus recursos, el empoderamiento y la participación ciudadana y en el desarrollo económico de sus infraestructuras y servicios públicos.
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