El agua, el saneamiento y la higiene (WASH, siglas en inglés de Water, Sanitation and Hygiene) son condicionantes extremadamente ligados a las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) y el trabajo conjunto en las mismas es imprescindible para acelerar el control intensificado o eliminación de estas enfermedades, programado para 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Existen diversos estudios que asocian las intervenciones en WASH a la reducción de la transmisión de ETD. Así, una investigación sobre el tracoma y las variables de agua, saneamiento e higiene concluyó que el acceso al saneamiento estaba vinculado a una reducción del 15% en las probabilidades de tracoma activo y 33% de infección ocular. Otro análisis evidenció que las acciones orientadas a mejorar las áreas WASH estaban relacionadas con una reducción del 33% al 70% de probabilidades de infección por las helmintiasis transmitidas por el suelo.
Estos son los objetivos estratégicos de la estrategia WASH:
- Aumentar la toma de conciencia de los beneficios conjuntos de la acción entre actores WASH y ETD. Todo ello mediante el intercambio de experiencias y la constatación de una mejora en la prestación de servicios.
- Monitorización de acciones orientadas a WASH y a reducir las ETD con el objetivo de focalizar las desigualdades, concentrar la inversión y realizar un mejor seguimiento.
- Mejorar la eficacia de las acciones WASH para combatir las ETD y aplicar las conclusiones a proyectos futuros.
- Planificar, desarrollar y evaluar programas conjuntos entre actores del sector WASH y ETD.
De acuerdo con la hoja de ruta de la OMS, el vínculo entre WASH y las ETD que suponen el foco en Anesvad, es ineludible:
Úlcera de Buruli
Para 2020 la OMS prevé detectar a tiempo el 70% de los casos en países endémicos y curarlos con antibióticos. No existe una estrategia de prevención primaria para esta enfermedad, puesto que no se ha hallado el modo de transmisión. La úlcera de Buruli está directamente relacionada con el contacto con aguas estancadas. Así, el acceso a agua potable y buenas condiciones de higiene cumplen un papel crucial, tanto para el tratamiento de las heridas como para reducir las posibilidades de padecer discapacidad de las personas enfermas.
Lepra
La hoja de ruta de las ETD ha programado 2020 como año de eliminación mundial de la lepra. Si bien se conoce la causa de esta enfermedad, aún no se ha localizado el modo de transmisión. En cualquier caso, existe consenso en el hecho de que la mejora de las condiciones de higiene, agua y atención sanitaria puede contribuir a reducir la posibilidad de contraer la lepra. Las personas enfermas son a menudo objeto de estigma y excluidas de instalaciones de agua o saneamiento de la comunidad, por lo que la labor de los actores WASH es fundamental.
Filariasis linfática
La OMS se ha fijado 2020 como año de eliminación de esta enfermedad como problema de salud pública. La optimización del saneamiento y la potabilidad del agua son esenciales para reducir los criaderos de vectores que transmiten los gusanos que causan la filariasis linfática. Además, la higiene es clave para que quienes padecen esta enfermedad puedan evitar una segunda infección secundaria. Las personas enfermas de filariasis linfática son frecuentemente estigmatizadas, lo que contribuye a su exclusión social.
De acuerdo con la OMS, alrededor de un tercio de la población mundial carece de acceso a atención sanitaria; casi mil millones defecan al aire libre y cerca de 700 millones no tienen acceso a fuentes mejoradas de agua potable. Las ETD son un indicador de pobreza. De hecho, las áreas más marginalizadas y vulnerables soportan la carga de múltiples ETD. Así, estas personas, que superan los mil millones, viven en un ciclo vicioso de enfermedad y pobreza. Alimentado por la contaminación ambiental, las infecciones, o el estigma y la exclusión social.