Que conseguir la igualdad es un reto es algo que ya solo unos pocos discuten. También algunas pocas lo hacen. La igualdad de género no pretende sino el desarrollo de medidas que eliminen la inequidad, aquello que sustenta las mayores brechas. Diferente distribución del poder, de los recursos, de las responsabilidades entre hombres y mujeres.
Y como en todo, en salud, también es necesario trabajar medidas concretas que potencien la ansiada igualdad frenando las inequidades. Unas inequidades que se plasman en que, reconociéndonos diferentes hombres y mujeres, todavía hoy los abordajes de ciertas enfermedades en materia de detección y tratamiento, por ejemplo, no subsanen esos desequilibrios.
Conoce más sobre las mujeres en ÁfricaAdemás de eso, y como la propia WHO (Organización Mundial de la Salud en sus siglas en inglés) reconoce, en el logro del ODS3 influyen determinantes de la salud relacionados con el género, incluida la interacción con otros determinantes sociales y estructurales así como conductas en la esfera de la salud en función del género. En concreto, relacionado con las Enfermedades Tropicales Desatendidas y los determinantes sociales y estructurales, las ocupaciones de los hombres pueden aumentar la exposición a los mosquitos y las tareas domésticas que realizan las mujeres, como la recogida de agua, también pueden aumentar la exposición a otros vectores. Además, respecto de las conductas en la esfera de la salud, las mujeres tienen menos recursos económicos a la hora de hacer frente a una atención sanitaria.