África y la lucha por los recursos para las personas discapacitadas

Imagen de África y la lucha por los recursos para las personas discapacitadas

Discapacidad y pobreza son una fatal combinación que afecta a más de 80 millones de personas en todo el continente. El principal enemigo es el estigma. La meta: la inclusión.

La discapacidad produce pobreza en buena parte del mundo. África no escapa a este fatal silogismo. Se calcula que cerca de 80 millones de personas africanas sufren alguna clase de discapacidad, aunque podrían ser muchos más. Muchas de estas discapacidades están asociadas a enfermedades que se pueden prevenir —caso de ETDs como la lepra—, a la falta de atención de salud prenatal, al hambre y la nutrición inadecuada y a los conflictos armados y sus secuelas, que derivan tanto en lesiones físicas como psicológicas. Según la OMS, por cada menor que muere en zonas de guerra otros tres resultan heridos y con una discapacidad permanente que les empuja a la pobreza y la marginación.

Las políticas públicas de inclusión e igualdad para paliar estos casos son en muchos casos exiguas. Como las de la educación: la elevada tasa de analfabetismo dificulta la debida gestión de la discapacidad, lo que favorece la marginalidad. A esto hay que sumarle las prácticas tradicionales, a veces profundamente equivocadas como en el caso de la mutilación genital femenina, que no solo es generadora de graves problemas de salud (y a veces muerte) sino de una marca indeleble que las niñas sometidas a dicha práctica llevan de por vida.

Exclusión social y estigma

Hasta tal punto operan esas ideas equivocadamente tradicionales, esa falta de conocimiento presente en muchos casos en sociedades con altos niveles de pobreza, que en muchos casos tener hijos con discapacidad se considera un castigo divino o fruto de un hechizo, motivo por el cual a estas personas las maltratan, invisibilizan o abandonan.

En palabras de Yetnebersh Nigussie, abogada y activista etíope, “muchos discapacitados en África viven en niveles extremos de pobreza y son sometidos a constantes violaciones de sus derechos, discriminación sistémica, exclusión social y prejuicios. En mucha mayor medida que en otras partes del mundo. De hecho, la pobreza es el denominador común de las personas con discapacidad en Etiopía y suele ser también su origen”. La pobreza es a la vez causa y consecuencia de la discapacidad, asegura la defensora de los derechos establecidos en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: “Con el 84% de la población en zonas rurales es lógico pensar que la mayoría de ellos vive en dichas áreas, donde los servicios básicos son limitados y a menudo inaccesibles. Además, la posibilidad de rehabilitación se concentra en los centros urbanos. Como resultado, la inmensa mayoría no tiene acceso a servicios que podrían reducir su dependencia, facilitarles una vida autosuficiente y una escapatoria a la pobreza”.

Recursos globales y locales para romper los ciclos de las personas con discapacidad

¿Cómo romper estas dinámicas? La respuesta es tan obvia como complicada: es necesario promover la inclusión de todas las personas en la sociedad luchando contra los mecanismos de sometimiento, sumisión, explotación, abusos y esclavitud. La lucha por la protección social pasa por erradicar la pobreza. Esto exige de acciones tanto globales como locales.

A título global opera el Foro Africano sobre la Discapacidad, con el apoyo de la Alianza Internacional de la Discapacidad, la iniciativa financiada por la Unión Europea Bridging the Gap II (BTG-II) y el proyecto de protección social inclusivo UNPRPD-ILO-UNICEF. Esta iniciativa lanza un llamamiento a todas las naciones africanas, colaboradores técnicos y financieros y organismos de desarrollo para que reconozcan los efectos de la marginación estructural y las desigualdades, promuevan planes inclusivos de protección social  y velen por que estos planes respondan a la diversidad de movimiento de personas con discapacidad, incluidos mujeres y niños, personas de edad avanzada y personas con una gran necesidad de apoyo y en situaciones de emergencia humanitaria.

A título local, desde Fundación Anesvad aportamos nuestro esfuerzo para erradicar el estigma asociado a las ETDs en África subsahariana y ayudar a empoderar a quienes sufren estas enfermedades. Hay mucho por hacer para mejorar la vida de tantas personas. El trabajo es duro, pero entender lo básico es muy sencillo: discapacidad no es incapacidad.

Compartir a través de:
Contenidos relacionados