Casi todas las mujeres o niñas que viven con menos de 1 dólar al día en África, Asia y América Latina están infectadas por una o más Enfermedad Tropical Desatendida. Hoy, 8 de marzo, Día de la Mujer, hablamos de la desigualdad de género y el terrible impacto de las ETDs en la vida de miles de niñas y mujeres.
Ser mujer, pobre y de una zona rural en África Subsahariana es sinónimo de una vida precaria y difícilmente imaginable para nuestra mente occidental. A esta situación sumemos que estas mujeres padecen una o varias enfermedades que les arrastran a un irracional ostracismo.
Desigualdad de género y Enfermedades Tropicales Desatendidas
«El estigma y el aislamiento social, especialmente para las mujeres, agravan la miseria y encierran aún más a las personas en la pobreza». Margaret Chan, directora general de la OMS, en su discurso de 2007 ante la Reunión Mundial de Socios de la OMS sobre las ETDs.
Las Enfermedades Tropicales Desatendidas perpetúan en el ciclo de la pobreza a quienes las sufren. El impacto asociado al estigma de estas enfermedades, es difícilmente cuantificable.
En muchos casos sufrir úlcera de Buruli o lepra, hace que las mujeres estén demasiado enfermas para trabajar. Incluso para llevar agua o cuidar adecuadamente a sus hijos e hijas.
Pero el aspecto más impactante de las enfermedades desatendidas, no es la devastación que pueden causar a las comunidades pobres, es la asequibilidad de su solución. Ya que muchas veces son tratamientos que no superan los 50 céntimos.
Mediante el control y la eliminación de estas enfermedades, podemos ofrecer una oportunidad para cambiar el futuro de las miles de mujeres y niñas que viven en encerradas en el círculo vicioso de la pobreza.