Las personas pueden sufrir discriminación por muchos motivos y en diferentes aspectos de sus vidas. Puede afectar, por ejemplo, a la hora de acceder a la atención sanitaria. A menudo, la discriminación se asocia a diferentes estigmas sociales y tiene consecuencias para la salud mental.
En este artículo queremos abordar el concepto de la discriminación indirecta y su relación con los estigmas sociales y la salud. ¿Por qué la discriminación indirecta y los estigmas sociales dificultan el acceso a la salud de las personas? ¿Qué podemos hacer?
Qué es la discriminación y cuándo se produce
Podemos definir la discriminación como el trato desfavorable a una persona en comparación con otras por distintos motivos.
Además de conocer y entender los diferentes tipos de discriminación, y cómo estos pueden entenderse como discriminación indirecta y directa, es importante entender que las personas no encajan simplemente en un colectivo o categoría. Cada persona puede identificarse, o ser identificada, con varios grupos que se interrelacionan, lo que puede aumentar el grado de discriminación.
En el ámbito de la salud, por ejemplo, es común encontrar casos en los que la discriminación se agrava por ciertos estigmas. Pensemos en enfermedades como el SIDA, la hepatitis viral o las infecciones de transmisión sexual. Si no se abordan junto con estrategias encaminadas a erradicar la discriminación y el estigma social, será muy difícil plantarles cara.
Tipos de discriminación, los motivos
Podemos diferenciar distintos tipos de discriminación con base en los motivos o razones por los que se trata de forma diferente a las personas. Estas son algunas razones:
- Por razón de género, en cualquier ámbito de la vida.
- Por edad, como la discriminación infantil.
- Por identidad de género y orientación sexual, lo que coloca al colectivo LGBTIQ+ en una posición de riesgo ante las amenazas y los abusos de todo tipo.
- Por razón de discapacidad.
- Por cuestión de raza u origen étnico.
Discriminación indirecta y directa, la visibilización
Estos dos tipos de discriminación se diferencian fundamentalmente en la visibilidad que tiene cada uno. No es lo mismo una discriminación que se especifica explícitamente que otra más sutil.
Discriminación directa
La discriminación directa se expresa de forma clara y explícita. Supone un trato desfavorable y se manifiesta en prohibiciones o restricciones de acceso a diferentes recursos por cualquier tipo de razón. Cada vez son menos comunes ya que las actitudes discriminatorias tienden a ser cada vez más sutiles.
Discriminación indirecta
La discriminación indirecta es menos visible, más sutil y, por tanto, más difícil de detectar. Se caracteriza por provenir de actitudes o comportamientos neutros que, en la práctica, conllevan una discriminación.
Podemos detectar la discriminación indirecta a través de los efectos desfavorables sobre el colectivo al que se discrimina a partir de ciertas actuaciones o mecanismos de intervención.
Es decir, la discriminación indirecta alude a un tratamiento formalmente neutro para todas las personas pero que, sin embargo, resulta desfavorable para un grupo o colectivo por su situación especial o por sus características.
En cuestiones de salud, por ejemplo, existen regiones donde las enfermedades olvidadas, como las ETD, provocan la exclusión y el rechazo de muchas personas en sus propias comunidades.