El acceso al agua potable en zonas rurales y empobrecidas de Benín va más allá de construir un pozo. Conocemos las inquietudes y las prácticas para una gestión eficaz de las fuentes de agua de la comunidad de Oussa.
La estrategia WASH que implementamos junto al Ministerio de Sanidad de Benín previene miles de contagios de enfermedades infecciosas al año. Su objetivo principal es elevar el nivel de acceso al agua potable, la higiene y el saneamiento seguro. Esto repercute positivamente en la salud y las condiciones de vida de la población, sobre todo de la que vive en zonas rurales.
De hecho, existen grandes retos en materia de saneamiento en las zonas rurales beninesas. Allí, el porcentaje de población que utiliza servicios de saneamiento mejorados es sólo del 7%; y el 53% de la población del país practica la defecación al aire libre.
En este contexto, estamos dotando de infraestructuras de agua como pozos para evitar que las poblaciones rurales donde trabajamos recurran a aguas estancadas e insalubres. No en vano, las fuentes de agua superficiales (charcas, estanques) son reservorios de bacterias que pueden generar enfermedades tropicales como el pian o la úlcera de Buruli.
Aunque nos esforzamos por construir pozos y sensibilizar a la población sobre el peligro de utilizar estas fuentes de agua, muchas personas siguen consumiéndola. ¿Por qué? La comunidad de Oussa ilustra bien esta problemática.
La gestión del agua en la comunidad rural de Oussa, Benín
Los habitantes de Oussa tienen dos fuentes principales de agua: fuentes no mejoradas como el agua de un estanque; y una fuente mejorada: un pozo.
Estas diferentes fuentes de agua son utilizadas por las personas en función de su finalidad (para beber, cocinar, lavar la ropa etc.), pero también en función de la ubicación de su casa en relación con una u otra de las fuentes. Así, algunas personas siguen consumiendo del estanque ya que este se encuentra más cerca de sus casas que el pozo.
Aunque la fuente más segura de abastecimiento sea el pozo, muchas mujeres recurren al estanque porque les resulta más cómodo y piensan que el agua sabe mejor y está más fresca. Además, evitan hacer colas ya que varias mujeres pueden acopiarse de agua a la vez en el estanque, sin necesidad de esperar su turno en el pozo.
Si bien el agua superficial se decanta, sigue resultando una fuente poco segura para consumir. Por ello, se debe reforzar la información sobre buenas prácticas en la gestión del agua. Además, habrá que plantear nuevas infraestructuras accesibles y cómodas para toda la población, y una mejora en la calidad del agua de los pozos para que sepa mejor.
