¿Existen proyectos sociales en África?

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Las comunidades africanas desarrollan numerosos proyectos en África. Proyectos autónomos para el desarrollo, muchos de ellos con la ayuda de la diáspora, que envía más fondos a sus países de origen que la ayuda aportada por Occidente.

África es diversa y diversos son los retos que afronta. De los efectos del cambio climático a la crisis alimentaria. De la desaceleración de la economía a las secuelas de la pandemia por Covid-19. La atención sanitaria y las dificultades de sus habitantes para luchar contra enfermedades infecciosas como la malaria, el VIH, la tuberculosis y las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD).

Pero también hay grandes logros: los avances tecnológicos, especialmente en los ámbitos de las telecomunicaciones móviles y la innovación digital. El progreso en la promoción de la igualdad de género y la emancipación de la mujer.

Todos estos pasos en la buena dirección y algunos otros se deben, en mayor o menor medida, a proyectos sociales. Y en su gran mayoría, a los propios africanos. A los que habitan en sus comunidades y a quienes lo hicieron y ya no están ahí, pero siguen unidos a sus lugares de origen desde la distancia con un compromiso emocional y económico.

La importancia de la diáspora en los proyectos africanos

La diáspora africana —que la Unión Africana define como “las personas de origen africano que viven fuera del continente, sin distinción de ciudadanía y nacionalidad, y que están dispuestas a contribuir al desarrollo del continente y a la construcción de la Unión”— conforma un colectivo que, si tomamos como punto de origen la conquista de América, cuenta con alrededor de 200 millones de afrodescendientes, y si nos vamos a los últimos años —2015-2024 es el Decenio Internacional para los Afrodescendientes asupiciado por la Organización de Naciones Unidas— hace crecer esa cifra en varias decenas de millones.

Oficialmente, más de 30 millones de personas han emigrado del Norte de África y África subsahariana en la década pasada. Extraoficialmente, es difícil saberlo. Lo que sí sabemos es que, si bien los conocimientos, inteligencia y capacidades de esas personas ya no pueden ser aprovechados por sus países de origen, cada vez es mayor la colaboración que se tiene con esos países para beneficio de sus descendientes o familiares. La diáspora es una de las primeras fuentes de financiación para el continente, si no la primera, pues representan más del triple de los niveles de ayuda oficial al desarrollo y de inversión directa en el extranjero para África subsahariana.

Proyectos sociales para una África mejor

Entendemos por proyectos sociales a aquellos que provocan y garantizan cambios en sociedades, pueblos y países para que puedan contar con infraestructuras sociales tales como sistemas sanitarios de calidad. Estos son la razón de nuestra existencia, labor y compromiso en territorio africano. Nuestra línea de trabajo en emprendimiento social pone el foco en la investigación, tratamiento o reinserción social, mediante soluciones innovadoras y sostenibles, para mejorar el bienestar de las personas que sufren Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) de la piel, con énfasis en África subsahariana.

Nuestros programas se marcan objetivos como despertar el espíritu emprendedor, fortalecer capacidades empresariales locales, generar impacto social duradero y contribuir al desarrollo sostenible. Nos importa poner el foco en fortalecer los sistemas de salud con soluciones innovadoras, atender la salud mental y psicosocial para reducir estigmas y mejorar la calidad de vida, dedicando especial atención a empoderar a mujeres afectadas por ETDs, promoviendo liderazgo y oportunidades económicas.

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